jueves, 29 de abril de 2021

LIBRO, Deja De Ser Tu, Resumen del Dr. Joe Dispenza

Deja de ser tu; Joe dispenza


Resumen:

La mente crea tu realidad



Tu cerebro participa en todo cuanto haces, incluyendo lo que piensas, lo que sientes, lo que realizas y lo bien que te llevas con los demás. Es el órgano de la personalidad, el carácter, la inteligencia y de cada decisión que tomas. Los más de veinte años que llevo examinando imágenes del cerebro de decenas de miles de pacientes de todo el mundo me han enseñado que cuando el cerebro nos funciona bien nosotros también funcionamos bien y que cuando experimenta alteraciones lo más probable es que tengamos problemas en nuestra vida.

Es fácil entender que los traumas dañen el cerebro, pero los investigadores también han descubierto que los pensamientos negativos y la mala programación del pasado también lo afectan.

El hábito clave que puedes suprimir es el de ser tú

La información de estas páginas es para inspirarte a comprobar que eres un creador divino.

Primera parte:  La ciencia de tu ser

Esta parte se inicia con un resumen de los paradigmas filosóficos y científicos relativos a las últimas investigaciones sobre la naturaleza de la realidad, quién eres, por qué cambiar nos cuesta tanto a muchas personas y lo que es posible realizar como ser humano. Es muy amena, te lo prometo.

 

Tu yo cuántico

En el pasado los físicos dividieron el mundo en materia y pensamiento y más tarde, en materia y energía. Cada uno de estos pares se consideraba totalmente distinto el uno del otro, ¡pero no lo son!

Hoy día consideramos que formamos parte de un inmenso campo invisible de energía que contiene todas las realidades posibles y que responde a nuestros pensamientos y sentimientos. Al igual que los científicos están estudiando la relación entre pensamiento y materia, nosotros estamos deseosos de hacer lo mismo en nuestra vida. Por eso nos preguntamos: ¿Puedo crear con mi mente mi propia realidad? De ser así, ¿es una habilidad que puedo aprender y usar para convertirme en quien quiero ser y crear la vida que quiero vivir?

Tus fallos del pasado vienen de un error: no te has comprometido a vivir asumiendo la verdad de que tus pensamientos tienen consecuencias tan importantes que crean tu propia realidad

Todos podemos crear nuestro propio destino, todos cosechamos los beneficios de nuestros esfuerzos constructivos. No tenemos por qué conformarnos con nuestra realidad actual, podemos crear otra nueva cuando queramos. Todos tenemos esta capacidad, porque para bien o para mal, nuestros pensamientos influyen en nuestra vida.

La creación de la realidad:

la energía responde a la atención

los físicos cuánticos descubrieron que la persona que está observando (o midiendo) las infinitesimales partículas del átomo afecta la conducta de la energía y la materia. Los experimentos cuánticos demostraron que los electrones existen como una infinidad de posibilidades o de probabilidades en un campo invisible de energía. Pero sólo cuando el observador se fija en cualquier localización de un electrón, es cuando aparece ese electrón. En suma, una partícula no puede manifestarse en la realidad, es decir, en el espacio-tiempo tal como nosotros lo conocemos, hasta que es observada

La física cuántica llama a este fenómeno «colapso de la función de onda» o «efecto observador».

A nivel subatómico, la energía responde a tu atención y se convierte en materia. ¿Cómo cambiaría tu vida si aprendieras a dirigir el efecto observador y a colapsar infinitas ondas de probabilidad en la realidad que eliges? ¿Serías un mejor observador de la vida que deseas vivir?

Si puedes imaginar un acontecimiento futuro en tu vida basándote en cualquiera de tus deseos, esta realidad ya existe como posibilidad en el campo cuántico, esperando a que la observes. Si tu mente puede influir en la aparición de un electrón, en teoría también puede influir en la aparición de cualquier posibilidad.

 

Un pensamiento en forma de intención necesita un elemento energizador, un catalizador: y esta energía es una emoción elevada. El corazón y la mente actuando como uno. Los sentimientos y los pensamientos unidos en un estado del ser.

Por qué los resultados cuánticos deben sorprendernos

Hay otro elemento que debemos tener en cuenta. Para poder cambiar nuestra realidad, los resultados que atraemos deben sorprendernos, incluso dejarnos pasmados, en su forma de manifestarse. No debemos intentar predecir nunca cómo nuestras nuevas creaciones se manifestarán, deben llegar inesperadamente, despertarnos del sueño de la realidad rutinaria a la que nos hemos acostumbrado. Estas manifestaciones tienen que dejarnos convencidos de que nuestra conciencia ha entrado en contacto con el campo cuántico de inteligencia, para inspirarnos a volver a hacerlo. El proceso creativo tiene esta parte tan agradable.

¿Por qué habrías de querer tener una sorpresa cuántica? Porque si puedes prever un acontecimiento, ya no es una novedad, sino algo rutinario y automático, y esta experiencia ya la has vivido de sobra. Si puedes predecirlo, significa que tu yo de siempre ha creado el mismo resultado de siempre.

 

La creación cuántica:

antes de alcanzar un resultado, agradécelo

Acabo de hablar de alinear los pensamientos con los sentimientos para crear el resultado deseado, sin preocupamos de los detalles de cómo se manifestará la situación. Es todo un acto de fe que debemos hacer si queremos cambiar una vida rutinaria y previsible por una vida feliz con experiencias nuevas y sorpresas cuánticas.

Por lo general, nos sentimos agradecidos por algo que ha ocurrido o que ya está presente en nuestra vida. A ti y a mí nos han hecho creer que necesitamos una razón para ser felices, un motivo para sentirnos agradecidos,

¿Puedes agradecer una situación deseada antes de que ocurra en tu vida y sentir las emociones elevadas que te produce? ¿Puedes imaginarte esa realidad tan plenamente que empieces a estar ahora en esa vida futura?

En términos de la creación cuántica, ¿puedes sentirte agradecido por algo que existe como una posible situación en el campo cuántico, pero que aún no ha ocurrido en tu realidad? Si es así, estás pasando de la causa y el efecto (querer que algo del exterior te produzca un cambio interior), a causar un efecto (cambiar algo de tu interior para producir un efecto en el exterior).

Espero que a estas alturas ya estés de acuerdo con algunos conceptos básicos del modelo cuántico: que toda realidad física no es más que energía que existe en una inmensa red interconectada más allá del espacio y el tiempo. Esta red, el campo cuántico, contiene todas las posibilidades, y nosotros podemos hacer que se materialicen por medio de nuestros pensamientos (conciencia), observación, sentimientos y estado del ser.

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Recibimos lo que enviamos

La orquestación de los acontecimientos funciona en nuestra vida de la siguiente manera: si hemos sufrido y en la mente y el cuerpo conservamos este sufrimiento y lo expresamos con nuestros pensamientos y sentimientos, estamos enviando esta huella energética al campo cuántico. La inteligencia universal nos responde enviando a nuestra vida otro evento que reproducirá la misma respuesta intelectual y emocional.47

¿No te parece irónico que para influir en tu realidad (entorno), sanar tu cuerpo o cambiar una situación del futuro (tiempo), tengas que dejar de aferrarte al mundo exterior (sin espacio), perder la conciencia corpórea (sin cuerpo)… y desconectar del tiempo (sin tiempo) para convertirte en conciencia pura?

Si lo logras, podrás controlar el entorno, el cuerpo y el tiempo. (Yo los llamo cariñosamente los Tres Grandes). Y como el mundo subatómico del campo cuántico está hecho de conciencia, sólo puedes entrar en él con una conciencia pura. No puedes cruzar la puerta del campo cuántico como «alguien», debes entrar como «nadie».

Tu cerebro tiene la capacidad innata de aprender esta habilidad (sigue leyendo). Cuando comprendas que estás plenamente equipado para hacerlo, dejes

atrás este mundo y entres en una nueva realidad más allá del espacio y el tiempo, te sentirás inspirado a aplicarla en tu vida.

 

Trascendiendo el espacio y el tiempo

¿Qué significa trascender el espacio y el tiempo? El espacio y el tiempo son construcciones mentales que los humanos hemos creado para explicar fenómenos físicos que implican el lugar ocupado por los cuerpos y nuestra sensación de lo temporal. Cuando hablamos de un vaso que está encima de la mesa, nos referimos a él en términos del lugar (que ocupa en el espacio) y del tiempo que lleva ocupándolo. Los seres humanos estamos obsesionados con estos dos conceptos: dónde estamos, cuánto tiempo llevamos estando ahí, cuánto tiempo lo seguiremos estando, adónde iremos después.

 

Aunque no percibamos el tiempo, lo sentimos discurrir al igual que notamos el lugar que ocupamos en el espacio: «sentimos» los segundos, los minutos y las horas transcurriendo, al igual que sentimos nuestro cuerpo recostado en la silla y nuestros pies apoyados en el suelo.

 

En el campo cuántico, las posibilidades infinitas para materializar una realidad existen más allá del tiempo y el espacio porque una realidad potencial aún no existe. Si no existe, no ocupa un lugar en el espacio ni una posición en el tiempo. Cualquier cosa sin una existencia material —si sus ondas de posibilidad no se han colapsado en una realidad de partícula— existe más allá del espacio y el tiempo.

Como el campo cuántico no es más que probabilidades inmateriales, está más allá del espacio y el tiempo. Pero en cuanto observamos una de estas posibilidades infinitas y la materializamos en nuestra realidad, adquiere estas dos características.

 

Para entrar en el campo, entra en un estado parecido

¡Fenomenal! Tenemos el poder de materializar una realidad elegida seleccionándola del campo cuántico. Pero es necesario entrar de algún modo en él. Siempre estamos conectados al campo cuántico, pero ¿cómo podemos hacer que nos responda?

 

Si tienes los mismos pensamientos y sentimientos, seguirás creando la misma realidad de siempre

Si puedes aceptar este paradigma como una posibilidad, por lógica tendrás que aceptar que lo siguiente es posible: para crear en tu mundo personal algo distinto de aquello a lo que estás acostumbrado, debes cambiar tu rutina diaria de pensar y sentir.

 

Para cambiar, ve más allá del entorno, el cuerpo y el tiempo

La mayoría de la gente se centra en la vida en tres cosas: su entorno, su cuerpo y el tiempo. Además de centrarse en estos tres elementos, piensan de acuerdo con ellos. Pero para dejar el hábito de ser el mismo de siempre, debes pensar mucho más allá de las circunstancias de tu vida, trascender los sentimientos que has estado memorizando en tu cuerpo y vivir en una nueva línea del tiempo.

Si deseas cambiar, ten presente un yo idealizado, un modelo al que emular que sea distinto y mejor del «yo» que hoy existe en tu entorno, tu cuerpo y el tiempo. Todos los grandes personajes de la historia supieron hacerlo y en cuanto domines los conceptos y las técnicas que describo más adelante, tú también podrás alcanzar la grandeza en tu vida.

Tus pensamientos y sentimientos coinciden exactamente con tu vida exterior porque es tu realidad exterior —con todos sus problemas, condiciones y circunstancias— la que está influyendo en cómo piensas y te sientes en tu realidad interior.

“Tus recuerdos habituales te «recuerdan» que vuelvas a reproducir las mismas experiencias de siempre”

La grandeza es aferrarte a un sueño, al margen de tu entorno

Antes de empezar a examinar cómo puedes pensar más allá de tu entorno y dejar el hábito de ser el mismo de siempre, quiero recordarte algo.

Es posible pensar trascendiendo tu realidad presente, y los libros de historia están llenos de nombres de personas que lo han hecho,

Cada uno de ellos abrigaba en su mente una realidad futura que existía como posibilidad en el campo cuántico. Esta visión estaba viva en un mundo interior de posibilidades más allá de los sentidos, y con el paso del tiempo todos hicieron realidad sus ideas.

La neurociencia ha demostrado que cambiamos nuestro cerebro —y por lo tanto de conductas, actitudes y creencias— al pensar de distinta manera (es decir, sin que cambie nada de nuestro entorno). Por medio del repaso mental (imaginar repetidamente que realizamos una acción), los circuitos del cerebro se reorganizan para reflejar nuestros objetivos. Podemos hacer que nuestros pensamientos sean tan reales que el cerebro cambia como si la situación ya fuera una realidad física. Tú también puedes cambiarlo para adelantarte a cualquier experiencia del mundo exterior.

Ve más allá del cuerpo

Cuando piensas, tus pensamientos no caen en el vacío. Cada vez que tienes un pensamiento se da una reacción bioquímica en el cerebro, generas sustancias químicas. Y como verás más adelante, el cerebro le envía al cuerpo unas señales químicas que actúan a modo de mensajeras de los pensamientos. Cuando el cuerpo recibe estos mensajes químicos del cerebro, responde al instante activando una serie de reacciones que coinciden con lo que el cerebro está pensando. Acto seguido el cuerpo le envía al cerebro un mensaje confirmándole que ahora se siente exactamente como el cerebro está pensando.

En este libro aprenderás a entrar en el subconsciente y a reprogramarlo con una nueva serie de estrategias. De hecho, debes desaprender tus viejas pautas mentales y emocionales, o deshacer los circuitos de tu cerebro, y reaprender otras nuevas o renovarlos, basándote en quién quieres ser, en lugar de seguir siendo la misma persona de siempre. Cuando entrenas el cuerpo con una nueva mente, ya no puede ir uno por un lado y el otro por otro, funcionan armoniosamente. Es lo esencial de cambiar, de reinventarse.

 

Culpable hasta que se demuestre lo contrario

Imagínate que a menudo te sientes culpable por una razón u otra. Si algo sale mal en una relación —un simple malentendido, alguien convirtiéndote en el blanco de su ira sin ninguna razón o cualquier otro problema—, reaccionas culpabilizándote y sintiéndote mal. Imagínate que eres una de esas personas que no deja de decirse o de pensar: Ha sido por mi culpa.

Tras veinte años de estar haciéndote esto a ti mismo, te sientes culpable y tienes pensamientos de culpabilidad de manera automática. Te has creado un entorno de culpabilidad. Otros factores han contribuido a ello, pero por ahora me centraré en la idea de cómo tus pensamientos y sentimientos han creado tu estado del ser y tu entorno.

Cada vez que tienes un pensamiento de culpabilidad, le estás indicando al cuerpo que produzca las sustancias químicas de las que se compone este sentimiento. Lo has estado haciendo tan a menudo que tus células están inmersas en un mar de sustancias químicas de culpabilidad.

Con el paso del tiempo, los receptores de tus células se adaptan para asimilar y procesar mejor esta expresión química en particular, la del sentimiento de culpa. El mar de culpabilidad en el que están sumergidas tus células empieza a ser normal para ellas y al final lo que el cuerpo percibe como normal comienza a interpretarlo como agradable. Es como vivir durante años cerca de un aeropuerto. Te acostumbras tanto al ruido de los aviones que dejas de oírlo, a no ser que un avión vuele más bajo de lo habitual y el rugido del motor sea tan fuerte que te llame la atención. Lo mismo les ocurre a tus células.

Ahora tu cuerpo, para sentirse vivo, necesita una dosis emocional más alta de sentirse mal. Te has vuelto adicto al sentimiento de culpa y has sido tú el causante.

Y cuando algo va mal en tu vida o fracasas en algo, supones automáticamente que la culpa es tuya. Pero ahora esta actitud te parece de lo más normal. Ni siquiera necesitas pensar en sentirte culpable, sencillamente te sientes

así. No te das cuenta de que, además de expresar que te sientes culpable con lo que dices y haces, tu cuerpo también quiere sentir el nivel de culpabilidad al que se ha acostumbrado, porque es lo que ha aprendido a hacer. Te has estado sintiendo culpable sin darte cuenta durante tantos años que tu cuerpo se ha convertido en la mente de la culpabilidad.

Y sólo te percatas de este aspecto de tu personalidad cuando una amiga te señala, por ejemplo, que no necesitabas disculparte con la dependienta de una tienda por haberte dado mal el cambio.

Pongamos que este incidente te lleva a uno de esos momentos de claridad —una epifanía— en el que piensas: Mi amiga tiene toda la razón. ¿Por qué siempre me estoy disculpando? ¿Por qué me responsabilizo de los errores de los demás? Después de reflexionar en que siempre te estás culpabilizando, te dices: Hoy dejaré de hacerlo y no intentaré justificar el mal comportamiento ajeno. Voy a cambiar.

Como has tomado esta decisión, ya no tienes los mismos pensamientos que producen los mismos sentimientos de siempre, y viceversa. Y si de nuevo te sientes culpable sin darte cuenta, intentas dejar de sentirte así al recordar tu intención. A las dos horas te sientes de maravilla. Piensas: ¡Caramba, me está funcionando!

la mayoría de las personas vivimos en el pasado y nos resistimos a vivir en un nuevo futuro. ¿Por qué? Porque el cuerpo está tan acostumbrado a memorizar los registros químicos de las experiencias pasadas que se acaba apegando a esas emociones. En un sentido muy real, nos volvemos adictos a los sentimientos de siempre. Y cuando queremos mirar hacia el futuro y soñar con nuevas vistas y con bravos paisajes en una realidad no demasiado lejana, el cuerpo, cuya moneda de cambio son los sentimientos, se resiste a cambiar de pronto de dirección.

Dar esta media vuelta es la gran hazaña del cambio personal. Muchas personas, pese a intentar crearse un nuevo destino, son incapaces de superar el recuerdo de quien creen ser. Aunque ansíen vivir nuevas aventuras y sueñen con nuevas posibilidades futuras, no pueden dejar de visitar de nuevo el pasado

Los sentimientos y las emociones no son en sí malos. Son producto de las experiencias. Pero si estamos siempre reviviendo los mismos de siempre, no viviremos ninguna experiencia nueva. ¿Has conocido a alguien que siempre esté hablando de los «buenos tiempos del pasado»? Lo que en realidad está diciendo es: Como en mi vida no está ocurriendo nada nuevo que me estimule emocionalmente; tengo que reafirmarme con los momentos maravillosos del pasado. Si creemos que nuestros pensamientos tienen algo que ver con nuestro destino, en este caso como creadores, estaremos caminando solamente en círculos.

El modelo cuántico afirma que emocionalmente podemos enviarle señales al cuerpo y alterar una cadena de acontecimientos genéticos sin necesidad de vivir físicamente la experiencia relacionada con esta emoción. No es necesario ganar una carrera, que nos toque la lotería o que nos asciendan para sentir las emociones producidas por estos acontecimientos. Recuerda que puedes crear una emoción sólo con el pensamiento. Puedes sentirte feliz o agradecido hasta tal punto que el cuerpo empieza a creer que está «viviendo» esa situación en la vida real. Por esta razón, podemos indicar a nuestros genes que fabriquen nuevas proteínas para que nuestro cuerpo cambie antes de que la situación deseada se materialice.

VIVIENDO EN EL FUTURO

El siguiente ejemplo muestra cómo vivimos en el futuro basándonos en el pasado. Imagínate que te han pedido que des una conferencia ante 350 personas, pero te da miedo hablar en público por los recuerdos de las desastrosas charlas que diste en el pasado. Cuando piensas en la conferencia, te imaginas plantado ante la audiencia, tartamudeando y perdiendo el hilo de los pensamientos. Tu cuerpo empieza a responder como si esta situación del futuro estuviera ocurriendo. Los hombros se te tensan, el corazón te martillea en el pecho y te pones a sudar profusamente. Mientras te imaginas el tan temido día, haces que tu cuerpo ya esté viviendo esta estresante realidad.

Absorto en la posibilidad de fracasar de nuevo y obsesionado con ello, no dejas de pensar en esa temida realidad. La mente y el cuerpo, polarizados, van del pasado al futuro una y otra vez. Y, en consecuencia, te estás privando de la novedad de un maravilloso resultado en el futuro.

Si nuestros pensamientos nos hacen enfermar, ¿pueden también curarnos?

Vamos a dar un paso más. Como he señalado antes, un simple pensamiento puede activar la respuesta de estrés. También he mencionado el hecho científico de que las sustancias químicas asociadas al estrés activan unos genes en particular al crear un entorno muy duro para las células, lo cual puede generar enfermedades. Por eso es lógico que nuestros pensamientos puedan hacernos enfermar. Si nos hacen enfermar, ¿pueden también curarnos?

Bill, de 57 años, trabajaba en una empresa dedicada a la reparación de tejados. Tras visitar a un dermatólogo por una lesión que le había aparecido en el rostro, le diagnosticaron un melanoma maligno. Aunque se sometió a cirugía, radioterapia y quimioterapia, el cáncer se le propagó por el cuello, después por el costado y por último por la pantorrilla. Cada vez que el cáncer se manifestaba, se sometía a la misma clase de tratamiento.

En muchas ocasiones se decía: «¿Por qué me ha tenido que pasar a mí?». Sabía que su excesiva exposición al sol era un factor de riesgo, pero otros compañeros que trabajaban con él no habían desarrollado ningún tipo de cáncer. Se obsesionó con esta injusticia.

Después de recibir el tratamiento en el costado izquierdo, se preguntó si sus pensamientos, emociones y conductas habían contribuido a su enfermedad. Mientras reflexionaba sobre ello, descubrió de pronto que durante más de treinta años había estado resentido, pensando y sintiendo que siempre tenía que renunciar a lo que quería por el bien de los demás.

Bill no podía permitir que su entorno le siguiera controlando: las personas, los lugares y las influencias en su vida siempre le habían estado dictando cómo pensar, sentir y actuar. Intuyó que para romper los vínculos que mantenía con su antiguo yo y reinventar uno nuevo debía apartarse de su entorno habitual. Decidió hacer un retiro durante dos semanas en Baja, México, alejado de su familia

Las cinco primeras mañanas se dedicó a observar lo que pensaba cuando se sentía resentido. Se volvió un observador cuántico de sus pensamientos y sentimientos y tomó conciencia de su mente inconsciente. Después observó su conducta y sus acciones inconscientes de antes. A partir de entonces decidió que todo lo que pensara, hiciera o sintiera estaría lleno de afecto hacia sí mismo.

Tras la primera semana de vivir en este estado de plena atención, Bill se sintió libre porque había liberado a su cuerpo de la adicción emocional al resentimiento. Al dejar de tener los mismos pensamientos y sentimientos de siempre que influían en su conducta, impidió que las señales de las emociones de supervivencia hicieran que su cuerpo le llevara a pensar como de costumbre. Y después usó la energía que su cuerpo había liberado para crear un nuevo destino.

Durante la siguiente semana se sintió tan bien que reflexionó sobre la nueva persona que quería ser y cómo respondería a la gente, los lugares y las influencias que lo habían estado controlando. Por ejemplo, decidió que cuando su mujer y sus hijos expresaran un deseo o necesidad les respondería con bondad y generosidad, en vez de hacerles sentir como una carga. Es decir, se centró en cómo quería pensar, actuar y sentir al enfrentarse a situaciones que antes eran un reto para él. Estaba creando una personalidad nueva, una mente nueva, un estado del ser nuevo.

Bill empezó a poner en práctica lo que había decidido mientras hacía el retiro en la playa de Baja. Al poco tiempo, advirtió que el tumor de la pantorrilla había disminuido. Una semana más tarde, cuando fue al médico, ya no tenía cáncer. Y sigue estando sano hasta el día de hoy.

Al hacer que las neuronas se activaran de otras formas, cambió biológica y químicamente. Con ello envió nuevas señales a nuevos genes, y las células cancerosas no pudieron coexistir con la nueva mente, la nueva química interior y el nuevo yo. Antes estaba atrapado en las emociones del pasado, pero ahora vive en un nuevo futuro.

El estado creativo: vivir como nadie:

la toma de conciencia para evitar estados mentales y físicos negativos

Si deseas crear un nuevo yo, lo primero que debes hacer es desprenderte del viejo. En el proceso creativo, la primera función del lóbulo frontal es la toma de conciencia.

Como tenemos facultades metacognitivas —el poder de observar nuestros pensamientos y nuestro yo—, podemos decidir cómo no queremos seguir siendo… para dejar de pensar, actuar y sentir como siempre. Esta capacidad introspectiva nos permite analizarnos y hacer luego un plan para cambiar de conducta a fin de producir resultados más inteligentes o convenientes[

Allí donde pones la atención, pones la energía. Para usar la atención de forma que enriquezca tu vida, debes analizar lo que ya has creado. En este momento es cuando empiezas a «conocerte». Observas las ideas que tienes sobre la vida, sobre ti mismo y sobre los demás. Eres lo que eres, eres donde estás y eres quien eres por lo que piensas acerca de ti. Tus ideas son los pensamientos que sigues aceptando de manera consciente o inconsciente como la ley en tu vida. Afectan tu realidad tanto si eres consciente de ellos como si no.

Si deseas una nueva realidad personal en tu vida, empieza a observar todos los aspectos de tu personalidad actual. Como los elementos que la componen actúan sobre todo a nivel inconsciente, como programas automáticos, debes mirar en tu interior y observar esos elementos de los que seguramente no eres consciente. Dado que tu personalidad se compone de cómo piensas, actúas y sientes, observa tus pensamientos inconscientes, tu conducta refleja y tus reacciones emocionales automáticas para ver si son verdaderos y si quieres seguir invirtiendo tu energía en ellos.

Crea una mente nueva para poder pensar en una nueva forma de ser

La segunda función del lóbulo frontal es crear una mente nueva para eliminar los circuitos neurales producidos por la forma en que tu cerebro se ha estado activando durante tantos años y prepararlo para que cree otros nuevos.

Al reservarnos un tiempo y un espacio para pensar en una nueva forma de ser, es cuando el lóbulo frontal se dedica a crearla. En esos momentos nos imaginamos nuevas posibilidades y nos hacemos preguntas importantes sobre lo que de verdad queremos, cómo y quién deseamos ser, y qué es lo que queremos cambiar de nosotros mismos y de nuestras circunstancias.

Para empezar a dar este paso de la creación, es bueno entrar en un estado de curiosidad, contemplación, búsqueda de posibilidades, reflexión o especulación haciéndote algunas preguntas importantes. Las preguntas abiertas son el método más estimulante para que la mente fluya:

¿Cómo sería si…?

¿Cuál es una mejor forma de…?

¿Qué sucedería si yo fuera esta persona, viviendo en esta realidad?

¿Qué personaje histórico admiro y cuáles son sus rasgos admirables?

 

Las respuestas crearán una mente nueva, porque mientras las respondes con sinceridad tu cerebro empieza a funcionar de distinta manera.

Y al comenzar a repasar mentalmente nuevas formas de ser, vas renovando los circuitos neurológicos hasta crear una mente nueva, y cuanto más «renueves tu mente» más cambiará tu cerebro y tu vida.

Tanto si deseas ser rico como un mejor progenitor —o un gran mago, lo mismo da en este caso—, te aconsejo que te llenes el cerebro de conocimientos sobre el tema que te interesa porque así dispondrás de más componentes básicos para crear un nuevo modelo de la realidad que deseas vivir.

Haz que el pensamiento sea más real que ninguna otra cosa

Durante el proceso creativo, el tercer papel más importante del lóbulo frontal es hacer que el pensamiento sea más real que ninguna otra cosa.

Tal vez no conozcas todos los detalles del resultado deseado —cuándo sucederá, dónde y en qué circunstancias—, pero confías en un futuro que no puedes ver ni percibir con los sentidos. Para ti ya ha ocurrido en el sin espacio, sin tiempo, sin cuerpo, de donde surge todo lo material. Te encuentras en un estado de omnisciencia, te relajas y dejas de vivir en el estado de supervivencia.

Anticipar o analizar cuándo, dónde o cómo sucederá la situación deseada sólo te haría volver a tu identidad de antes. Eres tan feliz que no intentas descubrirlo; los humanos sólo tratamos de saber tales cosas cuando vivimos en el estado limitado de supervivencia

Todo cambio se inicia con un simple pensamiento: podemos crear al instante nuevas conexiones y circuitos neurológicos que reflejan nuestros nuevos pensamientos. Y no hay nada que estimule más al cerebro que el aprendizaje, cuando está adquiriendo conocimientos y experiencias nuevas. Son los afrodisíacos del cerebro; éste «acaricia» cada señal que recibe de los cinco sentidos. Cada segundo está procesando miles de millones de retazos de información. Analiza, examina, identifica, extrapola, clasifica y archiva información, y la recupera cuando la «necesitas». El cerebro humano es el mejor superordenador del mundo.

Si los conocimientos son para la mente y las experiencias para el cuerpo, cuando aplicas los conocimientos y creas una experiencia nueva, le enseñas al cuerpo lo que la mente ha aprendido intelectualmente. Los conocimientos sin la experiencia no son más que filosofía; la experiencia sin conocimientos no es más que ignorancia. Existe una progresión que debe darse. Tienes que adquirir conocimientos y vivirlos, aceptarlos emocionalmente.

Si has leído la parte en la que describo cómo puedes cambiar tu vida, has aprendido que es importante adquirir conocimientos y aplicarlos para vivir una experiencia nueva, que a su vez produce un sentimiento nuevo. Después debes memorizar este sentimiento y trasladar lo aprendido de la mente consciente al subconsciente. Ya dispones del equipo necesario para llevarlo a cabo en la tercera región del cerebro de la que hablaré.

Podemos crear un nuevo estado del ser antes de haber vivido la experiencia física.

Lo estamos haciendo todo el tiempo y no me estoy refiriendo a «Fíngelo hasta que suceda». Por ejemplo, te entregas a una fantasía sexual en la que experimentas todos los pensamientos, sensaciones y actos que estás deseando vivir cuando tu pareja vuelva del viaje que está realizando. Mientras tienes esta experiencia interior estás tan presente que tu cuerpo cambia químicamente y responde como si la situación ya estuviera sucediendo. Te encuentras en un nuevo estado del ser. De igual modo, tanto si repasas mentalmente lo que dirás, preparándote para la confrontación que debes tener con tu compañero de trabajo, como si te imaginas lo que vas a comer cuando tengas hambre mientras estás en un atasco —y en ambos casos no piensas más que en ello—, el estado del ser de tu cuerpo cambiará con este simple pensamiento.

 

La meditación:

La meditación nos permite cambiar el cerebro, el cuerpo y nuestro estado del ser. Y lo más importante es que podemos hacer estos cambios sin necesidad de actuar físicamente ni interactuar con el entorno exterior. Por medio de la meditación podemos instalar el hardware neurológico necesario, al igual que aquellas personas que cambiaron al tocar el piano o ejercitar los dedos mentalmente. (Aquellos sujetos del estudio solamente utilizaron la repetición mental, pero en el tema que nos ocupa es un componente muy importante del proceso meditativo).

 

Recuerda que no puedes pensar una cosa y sentir otra, y esperar que algo cambie en tu vida. La combinación de tus pensamientos y sentimientos es tu estado del ser. Cambia tu estado del ser… y tu realidad cambiará.

 

En este punto, es cuando las señales coherentes entran en juego. Si puedes enviar al campo cuántico una señal coherente en cuanto a tus pensamientos y sentimientos (estado del ser), al margen de lo que ocurra en el mundo exterior, algo distinto sucederá en tu vida. Cuando te ocurra, la poderosa respuesta emocional que sentirás te inspirará a crear una nueva realidad de nuevo, y puedes usar esta emoción para generar una experiencia incluso más maravillosa.

 

La meditación, la desmitificación de lo místico y las ondas de tu futuro

Uno de los secretos para abandonar el hábito de ser el mismo de siempre es intentar ser mejor observador, ya sea siendo más metacognitivo (observar tus pensamientos), aquietando la mente o prestando más atención a tu conducta y a las respuestas emocionales desencadenadas por los elementos de tu entorno. Pero la gran pregunta es: ¿cómo puedes hacerlo?

La respuesta es sencilla: con la meditación. como medio para dejar de ser el mismo de siempre y empezar a crear una vida nueva como tu yo ideal

Cuando vemos la palabra meditación, lo primero que nos viene a la cabeza es alguien sentado con las piernas cruzadas ante un altar en su casa, o un yogui barbudo cubierto con una túnica sentado en una aislada cueva del Himalaya, o alguna otra imagen parecida. Esta persona quizá sea una representación de lo que tú entiendes como un método para «aquietarse», vaciar la mente, concentrarse en un pensamiento o dedicarse a cualquier otra de las distintas prácticas de la meditación.

Primera definición de meditación: el autoconocimiento

En el lenguaje tibetano meditar significa «conocer algo». Por esta razón utilizo la palabra meditación como sinónimo de autoobservación y crecimiento personal. Después de todo, para conocer cualquier cosa debemos pasar un tiempo observándola. El momento crucial de cualquier cambio es cuando pasamos de ser algo a observar ese algo.

El proceso de conocerte funciona en ambas direcciones: necesitas «ver» tu antiguo yo y tu nuevo yo. Debes observarte con una gran precisión y atención, como he descrito, para que ningún pensamiento, emoción o conducta inconsciente te pase desapercibido.

Decide dejar de ser el mismo de siempre

Cuando adviertes esos aspectos inconscientes de tu antiguo yo que residen en el sistema operativo del subconsciente, estás empezando el proceso de cambiar todo lo que no te gusta de ti.

Si eliminas los estímulos del mundo exterior cerrando los ojos y calmándote (reduciendo los estímulos sensoriales), aquietando el cuerpo y dejando de centrarte en un tiempo lineal, advertirás lo que estás pensando y sintiendo. Y si empiezas a fijarte en tus estados inconscientes de la mente y el cuerpo y logras «conocer» tus programas automáticos inconscientes hasta ser consciente de ellos, ¿estarás meditando?

La respuesta es sí. Meditar es «conocerse a sí mismo».

Contempla una expresión de tu yo nueva y mejor

Vamos a dar un paso más. En cuanto conoces tu antiguo yo hasta el punto de que ningún pensamiento, conducta ni sentimiento te hace caer sin darte cuenta en las pautas de antes, coincidirás conmigo en que sería una buena idea empezar a conocer tu nuevo yo. Por lo tanto, puedes preguntarte: ¿Cuál es la mejor expresión de mí mismo que me gustaría ser?

El proceso meditativo para cambiar: de lo inconsciente a lo consciente

En resumen, el proceso meditativo consiste en dejar el hábito de ser el mismo de siempre y reinventarte, en desprenderte de tu mente y crear otra nueva, en eliminar algunas conexiones sinápticas y generar otras, en desmemorizar las emociones pasadas y preparar el cuerpo para una mente y unas emociones nuevas, y en dejar atrás el pasado y crear un nuevo futuro.

La mejor hora para meditar: por la mañana y la noche, cuando se abre la puerta del subconsciente

Debido a los cambios en la química cerebral que tienen lugar a diario (el cerebro produce serotonina, un neurotransmisor diurno que nos hace estar alerta, y melatonina, un neurotransmisor nocturno que nos relaja para el sueño), la puerta del subconsciente se abre dos veces: al acostarnos por la noche y al despertar por la mañana. Por eso es una buena idea meditar por la mañana o por la noche, porque te resultará más fácil entrar en un estado de alfa o zeta.

Un cerebro coherente es el escenario idóneo para la curación

Esta nueva señal ordenada y sincronizada que el cerebro le envía al cuerpo organiza los diversos sistemas en homeostasis: el sistema cardiovascular, el sistema digestivo, el sistema inmunitario, etc., también se vuelven coherentes. A medida que el sistema nervioso se reajusta a sí mismo, la enorme cantidad de energía que consumía el estado de supervivencia ahora se puede utilizar para la creación. El cuerpo empieza a curarse.

INTRODUCCION A LA MEDITACIÓN

Toda la información que has recibido hasta ahora es para que comprendas lo que estarás haciendo en esta parte, mientras aprendes a crear una realidad nueva usando el proceso meditativo. Y en cuanto conozcas y des de manera repetida los pasos de «cómo» hacerlo que encontrarás aquí, podrás aplicar este método a cualquier cosa que desees cambiar en tu vida. Recuérdate a menudo que al dar los pasos para cambiar estás eliminando el hábito de ser el mismo de siempre para crear una mente nueva para tu nuevo futuro. Cuando yo hago el proceso que estás a punto de aprender, lo que quiero es fundirme con la conciencia, desligarme de mi realidad conocida y dejar atrás los pensamientos y sentimientos que definen mi antiguo yo.

Al principio, como no estás acostumbrado a meditar, tal vez te sientas agitado o incómodo. Pero no te preocupes. Sólo significa que tu cuerpo, que se ha convertido en tu mente, se resiste a este nuevo proceso de entrenamiento.

Transforma los pasos en un hábito fácil

Cuando aprendiste algo nuevo que te exigió mucha atención y práctica, seguramente seguiste los pasos de las instrucciones iniciales. Este método te permitió desglosar las complejidades de la habilidad o la tarea para que tu mente se concentrara sin agobiarse. En cualquier intento de este tipo, tu objetivo es memorizar lo que estás aprendiendo para llegar a hacerlo sin ningún esfuerzo, de manera automática. Quieres que esta nueva habilidad se convierta en un hábito.

Prepara tus herramientas

Lee el texto. Además de las sesiones de meditación, leerás el texto en el que se describe cada paso, que irá a menudo acompañado de preguntas y apuntes titulados «oportunidad para escribir». Ten una libreta a mano para anotar tus respuestas. Revísalas antes de empezar la sesión de meditación diaria. Así los pensamientos que escribas te servirán como un mapa de carreteras guiándote a través de los procedimientos meditativos con los que accederás al sistema operativo del subconsciente.

Cuándo meditar. Como ya sabes, los cambios diarios en la química del cerebro hacen que puedas entrar con más facilidad en el subconsciente por la mañana al despertar y por la noche antes de acostarte. Son los mejores momentos del día para meditar porque puedes deslizarte más fácilmente en los estados alfa y zeta. Yo prefiero meditar siempre por la mañana, a la misma hora. Si estás tan entusiasmado que deseas meditar en ambos momentos, hazlo. Pero si eres nuevo en esto de meditar, te sugiero que sólo medites una vez al día.

ABRE LA PUERTA A TU ESTADO CREATIVO

PRIMERA SEMANA:

Te animo a dedicar al menos una semana de sesiones diarias, o más si es necesario, a practicar la inducción. Recuerda que este proceso te tomará los veinte primeros minutos de la sesión de meditación. Para que se vuelva un hábito conocido y cómodo, no la realices a toda prisa. Tu objetivo es «estar presente».

siéntate con la columna derecha y cierra los ojos. En cuanto lo hagas, al bloquear parte de los estímulos sensoriales/ambientales que recibes, las ondas del cerebro bajarán de frecuencia y entrarán en el estado alfa conveniente. Ahora déjate ir, mantente presente y quiérete lo bastante como para realizar este proceso

Una técnica de inducción que al principio puede parecer contradictoria es concentrarte en el cuerpo y el entorno. Son dos de los Tres Grandes que debes superar, pero en este caso vas a controlar los pensamientos que tienes sobre ellos.

¿Por qué es bueno concentrarse en el cuerpo? Recuerda que el cuerpo se ha fusionado con el subconsciente. Cuando somos muy conscientes del cuerpo y de las sensaciones corporales, entramos en el subconsciente. Nos encontramos en el sistema operativo que cito tan a menudo. La inducción es una herramienta para acceder al sistema operativo.

En esta inducción te concentras en el lugar o la orientación de tu cuerpo en el espacio. Por ejemplo, piensa en el lugar donde está la cabeza, empezando por la coronilla y descendiendo poco a poco. Mientras la inducción progresa de una parte del cuerpo a otra, siente y advierte el espacio que cada una ocupa. Percibe también la densidad, el peso (o pesadez) o la cantidad de espacio que ocupa. Concéntrate en el cuero cabelludo, después en la nariz, los oídos y en otras partes, ve descendiendo por el cuerpo hasta concentrarte en las plantas de los pies; notarás algunos cambios. El paso de una parte a otra del cuerpo y el énfasis que se dé a los espacios que ocupan y en los que están incluidas, es el secreto de esta técnica.

Advierte ahora la zona en forma de lágrima que rodea tu cuerpo y el espacio que ocupa. Cuando sientas este espacio alrededor de tu cuerpo, tu atención ya no estará puesta en él. Ahora ya no eres tu cuerpo, sino algo superior. Así es como te vuelves menos cuerpo y más mente. Sé consciente, por último, de la zona que ocupa en el espacio la habitación en la que estás. Percibe el volumen que llena. Cuando llegues a este punto, tu cerebro empezará a cambiar sus patrones de ondas desordenados por otros más equilibrados y ordenados.

TÉCNICA DEL AGUA ASCENDIENDO

Otra técnica de inducción parecida que puedes usar es imaginar que la habitación donde estás sentado se va llenando de agua poco a poco. Observa (siente) el espacio en el que la habitación está situada y el que el agua ocupa. El agua te empieza a cubrir los pies, las espinillas y las rodillas, y luego te va llegando a la altura del regazo, la barriga y el pecho, te cubre los brazos, el cuello, la barbilla, los labios y la cabeza, hasta que la habitación se llena de agua. A algunas personas no les gusta imaginar que están totalmente cubiertas de agua, en cambio otras lo encuentran muy relajante y agradable.

Deja de ser el mismo de siempre; SEGUNDA SEMANA

El primer paso necesario para arreglar algo es comprender por qué no funciona. Para resolver un problema necesitas primero saber cuál es ese problema y luego ponerle nombre.

Muchas personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte han visto su vida pasar ante sus ojos como si estuvieran mirando una película; ante sus ojos han pasado todas sus acciones encubiertas y conocidas, sus sentimientos expresados y reprimidos, sus pensamientos públicos y privados y sus actitudes conscientes e inconscientes. Vieron quién eran y cómo sus pensamientos, palabras y obras afectaron a los demás y a todo lo de su vida. Después de esta experiencia, afirman conocerse mejor y desear mejorar en su vida.

El paso de reconocer es como revisar tu vida cada día. Como en el cerebro ya tienes todo el equipo necesario para advertir quién estás siendo, ¿por qué no hacerlo antes de morir y renacer en esta misma vida?

A medida que desarrollas habilidades como la contemplación y la autoobservación, estás cultivando la capacidad de separar tu conciencia de los programas subconscientes que han estado definiendo tu antiguo yo. Al dejar la conciencia de ser el antiguo yo para convertirte en observador, la conexión con el antiguo yo desaparece.

Dedica unos momentos a hacerte preguntas como éstas, o cualquier otra que se te ocurra, y escribe las respuestas:

¿Qué clase de persona he estado siendo?

¿Qué clase de persona aparento ser ante el mundo? (¿Cómo es un aspecto de mi «vacío»?)

¿Qué clase de persona soy por dentro? (¿Cómo es el otro aspecto de mi «vacío»?)

¿Siento cada día alguna sensación —con la que incluso lucho— a diario?

¿Cómo me describirían mis amigos íntimos y mi familia?

¿Hay algo de mí que oculte a los demás?

¿Qué parte de mi personalidad tengo que trabajar para mejorarla?

¿Qué es lo que quiero cambiar de mí?

Elige una emoción y desmemorízala

Elige a continuación un estado emocional negativo tuyo, un estado mental limitador un hábito de ser el mismo de siempre que quieras eliminar. Como los sentimientos memorizados condicionan al cuerpo a ser la mente, las emociones que te limitan son las responsables de tus procesos mentales automáticos, los cuales crean tus actitudes, que a su vez influyen en tus ideas limitadas Elige una emoción que sea una gran parte de quien eres y que desees desmemorizar. Recuerda que esta palabra tiene significado para ti porque es un sentimiento que te resulta familiar. Es un aspecto del yo que quieres cambiar

Te aconsejo que escribas la emoción elegida, porque trabajarás con ella en este paso y en los otros posteriores.

Ejemplos de emociones de supervivencia

Inseguridad, Vergüenza, Tristeza, Odio, Ansiedad, Aversión, Juicios, Arrepentimiento, Envidia Victimismo, Sufrimiento, Ira, Preocupación, Frustración, Resentimiento, Culpabilidad, Miedo Baja autoestima, Depresión, Avidez, Carencia

ELIGE SOLO UNA EMOCIÓN, todas están ligadas cuando cambias una cambias las demás

Si eliges trabajar con una emoción recurrente como la ira, cuando la desmemorizas también experimentas menos las otras emociones limitadoras. Si te enojas menos, te sentirás menos frustrado y odiarás, juzgarás y envidiarás menos a los demás.

 

Observa la sensación que la emoción negativa te produce en el cuerpo

Ahora cierra los ojos y piensa en cómo te sientes cuando experimentas una emoción en particular. Si puedes observarte cuando la emoción se apodera de ti, fíjate en la sensación que te produce en el cuerpo. Hay distintas sensaciones asociadas a distintas emociones. Quiero que adviertas todas estas señales físicas. ¿Te sientes sulfurado, irritado, nervioso, débil, acalorado, deprimido, tenso?, observa tu cuerpo con la mente y advierte el área en la que sientes esta emoción. (Si no sientes nada en el cuerpo, no te preocupes. Recuerda simplemente lo que quieres cambiar de ti. Lo que estás observando cambia de un momento a otro).

Observa ahora el estado de tu cuerpo. ¿Ha cambiado tu respiración? ¿Te sientes impaciente? ¿Te duele el cuerpo? Si es así, si el dolor tuviera una emoción, ¿cuál sería? Advierte lo que te ocurre fisiológicamente en este momento y no intentes huir de ello. Obsérvalo simplemente. El cúmulo de distintas sensaciones en tu cuerpo se convierte en una emoción cuando le pones un nombre: ira, miedo, tristeza… Sé consciente de todos estos sentimientos y sensaciones físicas que crean la emoción que deseas desmemorizar.

Siente esta emoción sin que nada ni nadie te distraiga. No hagas nada ni intentes hacerla desaparecer. Casi todo lo que has hecho en tu vida ha sido para huir de ella. Has utilizado todo lo del exterior para intentar hacerla desaparecer. Sé consciente de esta emoción en ti y siéntela como energía en tu cuerpo.

Define el estado mental asociado a la emoción

A continuación hazte esta simple pregunta: «¿Cómo pienso cuando me siento así?».

Pongamos que quieres que la ira deje de ser uno de los rasgos de tu personalidad. Pregúntate: «¿Cuál es mi actitud cuando estoy enojado?». La respuesta podría ser controladora u odiosa, o tal vez engreída. Del mismo modo, si deseas superar el miedo que sientes, tendrás que resolver tu estado mental de agobio, ansiedad o desesperanza. El sufrimiento quizá te lleve a sentirte victimizado, deprimido, perezoso, resentido o necesitado.

Sé consciente de cómo piensas (tu estado mental) cuando estás sintiendo la emoción que deseas cambiar. Elígela de la lista de abajo o añade cualquier otra que desees. Tu elección se basará en la emoción negativa que has identificado previamente, pero es normal sentir uno o más de los estados mentales limitadores relacionados con esta emoción. Escribe uno o dos que tengan que ver contigo, porque trabajarás con ellos en este paso y en los siguientes.

Ejemplos de estados mentales limitadores

Competitivo Carencial Controlador Agobiado Demasiado cerebral Engañoso Quejicoso Sobrado Presuntuoso Acusador Tímido / cohibido / introvertido Catastrofista Confundido Necesidad de reconocimiento Apresurado Distraído Poco / demasiado seguro Necesitado Autocompasivo Vago Egocéntrico Desesperado Deshonesto Susceptible / insensibleLa mayoría de tus conductas, decisiones y actos tienen que ver con el sentimiento elegido. Por eso piensas y actúas de manera previsible y rutinaria. En tu vida no puede surgir un futuro nuevo, sólo el mismo pasado de siempre. Ya es hora de dejar de distorsionar la realidad y de ver la vida a través del filtro del pasado. Tu tarea es ser consciente de esta actitud emocional sin hacer nada más que observarla.

PASO 3: ADMITE Y DECLARA

Admite: reconoce tu verdadero yo, aquel diferente al que muestras a los demás

Permitiéndote ser vulnerable, vas más allá del reino de los sentidos y empiezas a entrar en contacto con la conciencia universal que te ha dado la vida. Entablas una relación con esta inteligencia superior diciéndole quién has sido y lo que quieres cambiar de ti, y admitiendo lo que has estado ocultando

Cierra ahora los ojos y permanece quieto. Contempla la inmensidad de la mente (y dentro de ti) y di quién has estado siendo. Entabla una relación con la conciencia superior que te está dando la vida, sé sincero y habla con ella en tu interior. Comparte con esta conciencia los detalles de las historias que has ido acarreando. En los últimos pasos te será útil escribir lo que te venga a la cabeza.

Ejemplos de lo que podrías admitir ante el poder superior

Me da miedo enamorarme porque me hace sufrir demasiado.

Finjo ser feliz, pero en el fondo estoy sufriendo porque me siento solo.

Como no quiero que nadie sepa lo culpable que me siento, miento sobre mí.

Miento a los demás para caerles bien y no sentir que nadie me quiere y que no valgo nada.

No puedo dejar de compadecerme de mí mismo; pienso, actúo y me siento así todo el día porque no sé sentirme de otro modo.

Como la mayor parte de mi vida me he sentido un fracasado, me desvivo por triunfar.

Dedica ahora unos momentos a repasar lo que has escrito y lo que quieres admitir ante este poder.

Declara: admite en voz alta la emoción que te limita

En esta parte del proceso de meditación dices en voz alta quién has sido y lo que has estado ocultando de ti. Explicas la verdad sobre ti, dejas atrás el futuro y cierras la brecha entre la persona que aparentas ser y la que eres en realidad. Te desprendes de tu fachada y de los constantes esfuerzos por ser otra persona. Al declarar la verdad sobre ti en voz alta, estás rompiendo los vínculos emocionales, acuerdos, dependencias, apegos, lazos y adicciones con todos esos estímulos exteriores de tu vida.

¿Qué es lo que quieres declarar?

Ha llegado el momento de unir esta parte del paso 3 con la parte anterior. Recuerda que estás incorporando esta sección para ejecutarla con fluidez. Usando el ejemplo de la ira, puedes decir en voz alta: «He sido una persona colérica toda mi vida».

Recuerda el objetivo general de lo que quieres declarar. En esta parte de la meditación de la semana, mientras estás sentado con la espalda derecha y los ojos cerrados, abre la boca y di en voz baja la emoción que estás declarando: ira.

Mientras te preparas para hacerlo y lo dices luego en voz baja, seguramente te sentirás incómodo. Hazlo de todos modos; esta sensación viene de tu cuerpo hablándote.

El resultado será que te sentirás inspirado, aliviado y lleno de energía. Haz que este paso sea sencillo, fácil y alegre. No analices demasiado lo que has hecho. Simplemente sé consciente de que la verdad te liberará.

PASO 4: ENTRÉGATE

Entrégate: abandónate a un poder superior y deja que resuelva tus limitaciones u obstáculos

A la mayoría de las personas nos cuesta soltarnos o dejar que alguien o algo tengan el control. Tener en cuenta a quién te estás entregando —la fuente, la sabiduría infinita— hará que este proceso te resulte mucho más fácil.

Cuando eres feliz o vives en un estado de felicidad, ya has aceptado el resultado futuro que deseas como realidad. Cuando vives como si tus plegarias ya hubieran sido escuchadas, esta mente superior puede hacer lo mejor para organizar tu vida de una forma nueva e inusual.

¿Y si supieras que ya se han ocupado de un problema que te preocupaba? ¿Y si estuvieras convencido de que te va a pasar algo excitante o maravilloso? Si lo supieras, ya no estarías preocupado, ni triste, ni asustado, ni estresado. Te sentirías de lo más aliviado. Estarías deseando que llegara el futuro.

Si empiezas a dudar, estás ansioso, te preocupas, te desanimas o analizas demasiado cómo te ayudará, habrás destruido todo lo que habías logrado. De nuevo estarás haciendo las cosas a tu manera. Habrás bloqueado la ayuda que un poder superior quería darte. Como tus emociones demuestran que no crees en las posibilidades cuánticas, pierdes tu conexión con el futuro que la mente divina te estaba organizando.

Escribe lo que te gustaría decirle a la mente superior en esta conversación al entregarle ese aspecto tuyo que no te gusta.

Ejemplos

Mente universal que hay en mí, me perdono por mis preocupaciones, ansiedad y estúpidas angustias y te las entrego. Confío en que sabrás resolverlas mucho mejor que yo. Ocúpate tú de mover los hilos en mi mundo para que se me abran las puertas.

Inteligencia innata, te entrego mi sufrimiento y mi autocompasión. Ya llevo demasiado tiempo sin saber manejar mis pensamientos y mis actos. Te permito que intervengas y mejores mi vida de la forma más adecuada para mí.

Prepárate para la entrega. Cierra ahora los ojos y empieza a familiarizarte con lo que le deseas decir a esta mente superior. Repasa lo que has escrito para que aparezcan tus limitaciones. Cuanto más presente estés, más te concentrarás en ello. Mientras empiezas a recitar tu plegaria en tu interior, recuerda que esta conciencia invisible te está viendo y es consciente de ti. Sabe todo lo que piensas, haces y sientes.

Pídele ayuda y entrégale tu estado mental negativo. A continuación, pídele a la conciencia universal que tome esta parte tuya y la reorganice en algo mejor.

Da las gracias. En cuanto hayas terminado tu plegaria, acuérdate de dar las gracias de antemano a la mente universal por la realidad que se materializará en tu vida. Así envías la señal al campo cuántico de que tu intención ya ha dado fruto. El agradecimiento es el estado supremo del que recibe.

SEGUNDA SEMANA

MEDITACIÓN GUIADA

Te repito los 4 pasos:

Paso 1: haz primero la técnica de inducción y sigue acostumbrándote cada vez más a este proceso para entrar en el subconsciente.

Paso 2: ahora que sabes lo que quieres cambiar de ti en la mente y el cuerpo, «reconoce» tus limitaciones. Es decir, define la emoción que quieras desmemorizar y observa la actitud a la que te ha conducido este sentimiento.

Paso 3: «admite» interiormente ante el poder superior que hay en tu interior quién has estado siendo, lo que quieres cambiar de ti y lo que has estado ocultando. «Declara» después en voz alta la emoción de la que te estás desprendiendo para que el cuerpo deje de ser la mente y romper así los vínculos con los elementos de tu entorno.

Paso 4: «entrega» este estado limitador a una mente superior y pídele que se ocupe de él de la forma más adecuada para ti.

Practica estos pasos a diario en tus sesiones hasta conocerlos tan bien que se fundan en uno solo. Cuando lo logres, estarás preparado para seguir con los otros pasos.

Ahora vas a seguir añadiendo pasos en tu proceso de meditación, pero ten en cuenta que siempre empezarás tu meditación con la serie de cuatro acciones que acabas de aprender.

Desmantela el recuerdo de tu antiguo yo (Tercer semana)

PASO 5: OBSERVA Y RECUERDA

En este paso observas tu antiguo yo y recuerdas quién no quieres seguir siendo.

¿Qué pensamientos automáticos tienes al sentir la emoción que has reconocido en el paso 2? Es importante escribirlos y memorizar la lista. Los siguientes ejemplos te ayudarán a reconocer tu singular serie de pensamientos limitadores.

Ejemplos de pensamientos automáticos limitadores (tus repeticiones mentales diarias inconscientes)

Nunca encontraré trabajo.

Nadie me escucha nunca.

Siempre me hace enojar.

Todo el mundo me utiliza.

¡Me rindo!

Como hoy es un mal día para mí, no voy a preocuparme en cambiarlo.

Mi vida es así por su culpa.

No soy demasiado listo que digamos.

No puedo cambiar, lo juro. Quizá sea mejor que lo intente otro día.

No me apetece.

Mi vida es una mierda.

Odio mi situación con ______

Nunca haré nada que valga la pena. Soy un inútil.

A ______ no le caigo bien.

¡Siempre me ha tocado trabajar más que a la mayoría!

Lo llevo en la sangre. Soy clavado a mi madre.

Ejemplos de acciones/conductas limitadoras (tus repeticiones físicas diarias inconscientes)

Estar malhumorado.

Compadecerte de ti sentado solo.

Comer para ahuyentar la depresión.

Llamar a alguien para quejarte de lo mal que te sientes.

Jugar obsesivamente con el ordenador.

Meterte con un ser querido.

Beber demasiado y hacer el ridículo.

Comprar y gastar más dinero del que tienes.

Dejar las cosas para más tarde

Recuerda: rememora los aspectos de tu antiguo yo que no quieres seguir siendo

PASO 6: REDIRIGE

Las herramientas de redirigir te permiten evitar la conducta inconsciente. Al dejar de activar tus antiguos programas y cambiar biológicamente, desactivas y desconectas células nerviosas. También dejas de enviar las mismas señales a los mismos genes.

Si la idea de recuperar el control te ha costado, este paso te permite de una forma más consciente y racional recuperar el control para eliminar el hábito de ser el mismo de siempre. Cuando te vuelves un experto en redirigir, construyes una base sólida en la que crear tu nuevo y mejor yo.

 

 

 

 

Redirige: juega a decir ¡Cambia!

Durante las meditaciones de esta semana recuerda algunas de las situaciones que se te ocurrieron en el paso anterior y mientras las visualizas u observas di (en voz alta): «¡Cambia!». Es así de sencillo:

Imagínate una situación en la que estés pensando y sintiendo algo en concreto sin darte cuenta. Di «¡Cambia!».

Imagínate un escenario (con una persona, por ejemplo, o un objeto) donde podrías volver a caer fácilmente en una antigua pauta de conducta. Di «¡Cambia!».

Imagínate en una situación de tu vida donde haya una buena razón para no estar a la altura de tu yo ideal. Di «¡Cambia!».

La voz con más autoridad en tu cabeza

Ejercicio  ¡CAMBIA!

Después de recordarte a ti mismo que debes estar atento a lo largo del día, tal como has aprendido a hacer en el paso anterior, ahora puedes usar una herramienta para cambiar en este preciso instante. Cuando en la vida real te descubras teniendo un pensamiento limitador o una conducta limitadora, di en voz alta «¡Cambia!». Con el tiempo, tu propia voz se convertirá en una nueva voz en tu cabeza y en la que cuente con más autoridad. Se convertirá en la voz de redirigir.

Después de decir «¡Cambia!», me gustaría que dijeras «¡Esto no es bueno para mí! Las recompensas de estar sano, feliz y libre son mucho más importantes que estar atrapado en alguna pauta autodestructiva. No quiero enviar emocionalmente las mismas señales a los mismos genes y afectar de un modo tan negativo a mi cuerpo. No vale la pena».

TERCERA SEMANA

MEDITACIÓN GUIADA

Durante las meditaciones de la tercera semana, añadirás a los pasos anteriores el paso 5: observa y recuerda, y luego el paso 6: redirige, para hacer los seis. Los pasos 5 y 6 acabarán fundiéndose en uno. Cuando a lo largo del día surjan los pensamientos y sentimientos que te limitan, obsérvalos y di en voz alta automáticamente: «¡Cambia!», o escúchalo en tu cabeza como la voz con más autoridad, en lugar de la(s) otra(s) de siempre. En cuanto lo consigas estarás preparado para el proceso de la creación.

Paso 1: empieza haciendo la inducción como siempre.

Pasos 2-5: después de reconocer, admitir, declarar y entregarte, es hora de seguir intentando advertir los pensamientos y acciones que se te pasan por alto. Observa tu antiguo yo hasta conocer al dedillo los programas que lo sostienen.

Paso 6: mientras estás observando en la meditación tu antiguo yo, elige varios escenarios de tu vida y di en voz alta «¡Cambia!»

 

Crea una mente nueva para tu nuevo futuro

(Cuarta semana)

PASO 7: CREA Y REPASA

La cuarta semana es un poco distinta de las anteriores. En primer lugar, cuando leas y escribas en el paso 7, aprenderás a crear tu nuevo yo y «cómo» realizar el repaso mental. Después leerás la meditación guiada del repaso mental para acostumbrarte a este nuevo proceso.

A continuación, será el momento de hacer lo que has aprendido. En esta semana practicarás cada día la meditación de la cuarta semana, que incluye del paso 1 al 7. Mientras la escuchas, aplicarás la concentración y la repetición para crear un nuevo yo y un nuevo destino.

Resumen: crea y repasa tu nuevo yo

Dedica unos momentos a escribir tus respuestas a las siguientes preguntas. Después repásalas, reflexiona sobre ellas, analízalas y piensa en las posibilidades que te plantean.

 

Preguntas para activar el lóbulo frontal

¿Cuál es mi yo ideal?

¿Cómo me gustaría que fuera______?

¿A qué personaje histórico admiro y cómo actuó?

¿A quién conozco en mi vida que sea como él o que me produzca esta sensación______?

¿Qué necesito para pensar como______?

¿A quién quiero emular?

¿Cómo sería si fuera como______?

¿Qué me diría a mí mismo si fuera esta persona?

¿Cómo le hablaría a los demás si yo cambiara?

¿Cómo quiero recordar ser o cómo quién deseo ser?

¿Cómo pensaría esta nueva persona (mi yo ideal) en la que quiero convertirme?

¿En qué pensamientos quiero invertir mi energía?

¿Cuál es mi nueva actitud? ¿Qué quiero que los demás crean sobre mí?

¿Cómo quiero que me vean?

¿Qué me diría a mí mismo si fuera esta persona?

¿Cómo quiero actuar?

 

 

 

 

Meditación guiada del repaso mental  

Crea un nuevo yo

Cierra ahora los ojos, desconecta del entorno y déjate llevar al «crear» cómo quieres vivir tu vida.

Tu tarea consiste en entrar en un nuevo estado del ser. Es hora de cambiar tu mente y pensar de otra forma. Cuando lo hagas volverás a preparar emocionalmente tu cuerpo para una nueva mente enviándole nuevas señales a nuevos genes. Deja que el pensamiento se convierta en la experiencia y vive esta realidad futura ahora. Abre tu corazón y agradece de antemano hasta tal punto la experiencia que convenzas a tu cuerpo para que crea que el acontecimiento futuro ya está ocurriendo.

Elige una posibilidad del campo cuántico y vívela completamente. Es hora de cambiar la energía de vivir en las emociones del pasado para vivir en las emociones de un nuevo futuro. No puedes levantarte de la sesión siendo la misma persona que la que se sentó.

Cuando abras los ojos recuerda quién serás. Planea tus acciones en cuanto a cómo serás en tu nueva realidad. Imagina el nuevo yo y cómo hablarás a los demás y lo que te dirás. Piensa en cómo te sentirás al ser este yo ideal. Concíbete como una persona nueva: haciendo determinadas actividades, pensando de una forma en particular y sintiendo emociones de alegría, inspiración, amor, fuerza interior, agradecimiento y poder.

Concéntrate hasta tal extremo en tu intención que tus pensamientos sobre un yo ideal nuevo se conviertan en la experiencia interior de él, y mientras sientes la emoción que te produce la experiencia, pasa de pensar a convertirte en ella. Recuerda quién y qué eres realmente en tu nuevo futuro.

Repasa tu nuevo yo

Ahora relájate durante varios segundos. Después vuelve a contemplar, revivir y repasar lo que acabas de hacer; repítelo de nuevo. Déjate ir y averigua si puedes hacerlo de manera repetida y regular.

¿Puedes empezar a ser este yo ideal nuevo con más facilidad que la última vez que lo intentaste? ¿Puedes crearlo de la nada una vez más? Tienes que poder recordar en quién te estás convirtiendo para entrar en este estado cuando lo desees. Tus repetidos esfuerzos significan que lo llevas a cabo tantas veces que acabas «sabiendo cómo» hacerlo. Cuando pases a este nuevo estado del ser, «memoriza el sentimiento que te produce». Es un gran lugar en el que estar.

Crea tu nuevo destino

Ahora ha llegado el momento de dar órdenes a la materia. Desde este elevado estado mental y físico, ¿qué es lo que deseas que ocurra en tu vida en el futuro?

Mientras manifiestas tu nuevo yo recuerda entrar en ese estado mental y físico en el que te sientes invencible, poderoso, absoluto, inspirado y rebosante de alegría. Deja que las imágenes te vengan a la cabeza, contémplalas como una certeza, con la seguridad que te une a estos acontecimientos u objetos. Vincúlate con tu futuro como si fuera tuyo, sin hacer nada más que esperarlo y celebrarlo. Déjate ir y empieza a hacer asociaciones libres sin preocuparte. Siéntete lleno de fuerza por la nueva sensación del yo. Conserva claramente la imagen de cada manifestación en tu mente varios segundos y luego deja que regrese al campo cuántico para que una mente superior se ocupe de materializarla en tu vida, y después pasa a la siguiente imagen, y sigue así… Éste es tu nuevo destino. Experimenta esta realidad futura en el presente hasta convencer emocionalmente a tu cuerpo de que la situación ya te está ocurriendo. Abre tu corazón y siente la dicha que te produce tu nueva vida antes de que se manifieste…

Ten presente que allí donde pones la atención pones la energía. La energía que antes has liberado del cuerpo se ha convertido ahora en la materia prima que usarás para crear unnuevo futuro. En un estado de divinidad, auténtica grandeza y gratitud, créalo bendiciendo tu vida con tu propia energía y sé el observador cuántico de tu futuro. Entretéjete en la trama de tu nueva realidad. Mientras contemplas las imágenes de lo que deseas para vivirlo inmerso en la energía de esta nueva personalidad, sabes que estas imágenes se convertirán en los planos de tu destino. Le estás ordenando a la materia que se amolde a tus intenciones… Cuando termines, relájate sabiendo que tu futuro acaecerá de una manera perfecta para ti.

 

A continuación, te ofrezco como sugerencia el texto con el que concluyo mi meditación diaria:

Ahora cierra los ojos. Sé consciente de la inteligencia que hay dentro de ti y a tu alrededor. Recuerda que es real. Esta conciencia te está observando y conoce tus intenciones. Recuerda que es una creadora que existe más allá del tiempo y del espacio.

En tu viaje más allá de los deseos del cuerpo y de la confusión de la mente del ego, has llegado hasta este último paso. Si esta conciencia es real y existe, pídele que te envíe la señal de haber contactado con ella. Dile: «Si hoy te he emulado de alguna forma como creador, envíame a mi mundo una señal en forma de respuesta para que sepa que has estado advirtiendo mis esfuerzos. Y mándamela de la manera más insospechada para que me despierte de este sueño y sepa que me la has enviado tú, y me sienta así inspirado a volver a hacerlo mañana».

 

Nuestro propósito en la vida no es ser buenos, complacer a Dios, ser guapos, populares o exitosos, sino sacarnos las máscaras y las fachadas que impiden que esta inteligencia fluya en nuestro interior y que esta mente superior se exprese a través de nosotros. Ser más fuertes gracias a nuestros esfuerzos creativos y hacernos preguntas más importantes que nos lleven inevitablemente a un destino más enriquecedor. Esperar un milagro en lugar de la peor situación posible y vivir como si este poder superior nos estuviera apoyando en la vida. Reflexionar en lo poco común para ver los logros alcanzados al usar este poder invisible y abrir la mente a mayores posibilidades nos empuja a evolucionar por dentro, a dejar que esta mente se exprese a través de nosotros con más frecuencia.

Por ejemplo, curarte de alguna clase de enfermedad debería llevarte a hacerte preguntas más profundas como: «¿Puedo curar a otra persona con mis manos? Y si consigo esta hazaña, ¿es posible curar a un ser querido a distancia?». Y en cuanto dominas esta posibilidad porque has cambiado la materia física de esa persona, puedes preguntarte: «¿Puedo crear algo de la nada?».

¿Cuán lejos podemos llegar? Esta aventura es interminable. Sólo estamos limitados por las preguntas que nos hacemos, los conocimientos que abarcamos y nuestra capacidad de vivir con la mente y el corazón abiertos.

Inducción de las partes del cuerpo primer semana

Advierte el espacio que ocupan tus labios en el espacio, siente la cantidad de espacio que precisan tus labios… en el espacio[33].

Nota el espacio que ocupan tus mandíbulas en el espacio, advierte la cantidad de espacio que precisan tus mandíbulas… en el espacio.

Siente el espacio que ocupan tus mejillas en el espacio… y la cantidad de espacio del que se adueñan tus mejillas… en el espacio.

Nota el espacio que ocupa tu nariz en el espacio. Percibe la cantidad de espacio que precisa tu nariz… en el espacio.

Siente el espacio que ocupan tus ojos en el espacio y nota la cantidad de espacio del que se adueñan tus ojos… en el espacio.

Y ahora fíjate en el espacio que ocupa tu frente en el espacio, hasta las sienes… Percibe la cantidad de espacio que llena tu frente en… el espacio…

Advierte el espacio que ocupa tu cara en el espacio. Nota la cantidad de espacio que precisa tu cara en… el espacio.

Y ahora advierte el espacio que ocupan tus oídos en el espacio. Percibe la cantidad de espacio del que se adueñan tus oídos… en el espacio.

Siente el espacio que ocupa tu cabeza en el espacio. Nota la cantidad de espacio que precisa tu cabeza en… el espacio.

Y ahora advierte el espacio que ocupa tu cuello en el espacio. Y percibe la cantidad de espacio del que se adueña tu cuello… en el espacio.

Percibe el espacio que ocupa la parte superior del torso en el espacio, la densidad de espacio que ocupan el pecho, las costillas, el corazón y los pulmones, la espalda, los omoplatos y los hombros… Nota la cantidad de espacio del que se adueña la parte superior del torso en… el espacio.

Fíjate en el espacio que ocupan tus miembros superiores en el espacio y el peso del espacio en el que están… en el espacio… Desde los hombros y la parte superior de los brazos hasta los codos y los antebrazos, advierte la cantidad de espacio que ocupan tus muñecas y manos. Observa ahora el peso del espacio en el que tus brazos están… en el espacio…

Advierte la cantidad de espacio que invade la parte inferior de tu torso en el espacio… Desde el abdomen y los costados, hasta las costillas y la parte inferior de la columna y espalda… Nota la cantidad de espacio que ocupa la parte inferior de tu torso… en el espacio.

Siente el espacio que ocupan tus extremidades inferiores en el espacio… Desde las nalgas y las ingles hasta los muslos, percibe la densidad del espacio en el que están tus rodillas, el peso de las espinillas y las pantorrillas. Percibe la cantidad de espacio que ocupan tus tobillos y pies, hasta el dedo gordo en el espacio…

Nota el espacio que ocupa tu cuerpo en el espacio. Siente la densidad del espacio que tu cuerpo invade… en el espacio.

Y ahora advierte el espacio alrededor de tu cuerpo en el espacio, percibe la cantidad de espacio que ocupa el espacio alrededor de tu cuerpo en el espacio, y siente el espacio que toma ese espacio… en el espacio…

Percibe el espacio que la habitación ocupa en el espacio. Nota la cantidad de espacio

del que se adueña esta habitación, en todo el espacio…

Y ahora percibe el espacio que todo el espacio ocupa en el espacio y la cantidad de espacio que ese espacio toma… en el espacio…

Inducción del agua ascendiendo Segunda semana

En esta inducción tu tarea consiste en dejarte llevar por tu cuerpo, en dejar que el agua templada te relaje los tejidos y te rodee. Te aconsejo que te sientes en una silla con la espalda derecha y los pies apoyados en el suelo, con las manos descansando sobre las rodillas.

Imagínate que en la habitación empieza a brotar agua templada… Primero te va cubriendo los pies y los tobillos, siente la calidez del agua que rodea tus pies sumergidos en ella…

El agua sigue ascendiendo cubriéndote las pantorrillas y las espinillas, y después las rodillas; siente el peso de las piernas desde los pies hasta las pantorrillas, debajo del agua…

Relájate ahora mientras el agua que te llega a las rodillas sigue ascendiendo hasta cubrirte los muslos… Mientras te rodea los muslos, siente las manos sumergidas en esta agua templada… Advierte la calidez del agua alrededor de las muñecas y los antebrazos…

Sé consciente ahora de la relajante agua rodeándote las nalgas, las ingles y la parte

interior de los muslos…

El agua va ascendiendo hasta la cintura. Siente cómo los antebrazos y los codos están sumergidos en el agua…

Mientras el agua templada sigue subiendo hasta alcanzar el plexo solar, advierte cómo te cubre la mitad de los brazos…

Siente ahora el peso del cuerpo sumergido hasta la caja torácica en el agua templada, siente cómo te rodea los brazos…

Deja que el agua te rodee el pecho hasta llegar a los omoplatos…

El agua va subiendo hasta alcanzar el cuello, deja que te cubra los hombros… Desde el cuello para abajo, siente el peso y la densidad de tu cuerpo sumergido en el agua templada…

Mientras el agua te cubre el cuello, siéntelo, al igual que la barbilla, sumergido en el agua…

Deja que la relajante agua te cubra los labios y la parte posterior de la cabeza… Mientras te cubre la nariz, relájate y deja que te rodee. El agua templada te llega ahora justo por debajo de los ojos…

Deja que el agua te cubra los ojos y siente la parte del cuerpo de los ojos para abajo sumergida en el agua templada. Siente el agua ascendiendo hasta cubrirte la frente y la coronilla, mientras ésta se va sumergiendo poco a poco en el agua, hasta que también la cabeza está sumergida…

Y ahora abandónate a esta agua templada y relajante y siente la ingravidez de tu cuerpo rodeado de agua. Deja que tu cuerpo sienta su propia densidad, sumergido en el agua…

Nota la cantidad de agua que hay alrededor de tu cuerpo y el espacio que tu cuerpo ocupa bajo el agua. Percibe la habitación sumergida en el agua. Advierte el espacio que ocupa la habitación, rodeada de agua templada… Y durante unos momentos siente tu cuerpo flotando en ese espacio…

Meditación guiada: todos los pasos

(De la segunda semana a la cuarta)

Si lo deseas, empieza la sesión con la inducción de las partes del cuerpo del apéndice A, la inducción del agua ascendiendo del apéndice B o con cualquier otro método que hayas empleado o creado en el pasado.

Cierra los ojos y respira de manera honda y lenta varias veces para relajar la mente y el cuerpo. Inhala el aire por la nariz y sácalo por la boca. Haz que tu respiración sea prolongada, lenta y regular. Inhala y exhala rítmicamente hasta moverte al presente. Cuando te encuentres en él, estarás entrando en un mundo de posibilidades…

Siente ahora dentro de ti la poderosa inteligencia que te da vida y que tanto te ama. Cuando tu voluntad sea afín a la suya, cuando tu mente sea afín a la suya, cuando tu amor por la vida sea afín al amor que ella siente por ti, siempre te responderá. Fluirá por tu interior y a tu alrededor, y gracias a tus esfuerzos verás en tu vida la evidencia de su existencia. Ir más allá de tu entorno, ir más allá de las condiciones de tu vida, ir más allá de los sentimientos que has memorizado en el cuerpo, pensar más allá del cuerpo, estar por encima del tiempo… significa cubrirte con el ropaje de lo divino. Es entonces cuando eldestino que tú has creado junto con esta mente superior es un reflejo suyo. Quiérete lo suficiente para hacerlo…

Segunda semana

Reconoce. Si no te desprendes de las emociones del pasado, no podrás crear un nuevo futuro. ¿Qué emoción era la que querías desmemorizar? Recuerda la sensación que te producía en el cuerpo… Y reconoce el estado mental habitual que te provocaba.

Admite. Es hora de contactar con el poder que hay dentro de ti, de conocerlo y decirle lo que quieres cambiar de ti. Empieza admitiendo quién has estado siendo y qué has estado ocultando. Háblale en tu interior. Recuerda que este poder es real. Ya te conoce. Aunque no te juzga, solamente te ama…

Dile: «Conciencia universal que hay en mí y a mi alrededor, he estado siendo ______ y quiero cambiar de veras este limitado estado del ser».

Declara. Es hora de liberar el cuerpo de la mente, de cerrar el vacío entre quien aparentas ser y quien eres, para liberar tu energía. Libera tu cuerpo de los vínculos emocionales habituales que te mantienen conectado a todo, a cualquier lugar y a todo el mundo de tu realidad pasada y presente. Es el momento de liberar tu energía. Quiero que digas la emoción que deseas cambiar en voz alta y que la liberes del cuerpo y del entorno. Di en voz alta qué emoción es… ahora…

Entrega. Y ahora ha llegado el momento de entregar este estado del ser a una mente superior y de pedirle que te lo resuelva del modo más adecuado para ti. ¿Puedes darle las riendas a una autoridad superior que ya tiene las soluciones? Entrégate a esta mente infinita y comprende que esta inteligencia es absolutamente real. Sólo espera llena de admiración y dispuesta a echarte una mano. Sólo te responde cuando le pides ayuda. Entrega tus limitaciones a una inteligencia omnisciente. Abre simplemente la puerta, dale tus limitaciones y abandónate por completo a ella. Deja que se las lleve. «Mente infinita, te doy mi ______. Llévatela y resuelve esta emoción con tu mayor sabiduría. Libérame de las cadenas del pasado». Siente ahora la sensación que te produciría saber que esta mente se está llevando la emoción que habías memorizado…

Tercera semana

Observa y recuerda. Asegúrate ahora de que ningún pensamiento, conducta o hábito te pase desapercibido y te haga volver a tu antiguo yo. Cerciórate de advertir esos estados inconscientes de la mente y el cuerpo: ¿qué solías pensar cuando te sentías de ese modo? ¿Qué te decías? ¿Qué voz en tu cabeza ya no quieres aceptar como tu realidad? Observa estos pensamientos…

Empieza a distanciarte del programa. ¿Cómo te comportabas antes? ¿Qué era lo que decías? Sé consciente de esos estados inconscientes hasta el punto de que no se te vuelvan a pasar por alto nunca más…

Empezar a objetivizar la mente subjetiva, empezar a observar el programa, significa que tú ya no sigues siendo el programa. Tu objetivo es ser consciente. Recuerda quién no quieres seguir siendo, cómo no quieres seguir pensando, cómo no quieres seguir comportándote y cómo no quieres seguir sintiéndote. Conoce todos estos aspectos de tu antigua personalidad y simplemente obsérvalos. Con una firme intención, decide no seguir siendo esa persona y deja que la energía de tu decisión se convierta en una experiencia memorable…

Redirige. Ha llegado la hora de jugar a «¡Cambia!». Imagínate tres escenarios de tu vida en los que podrías volver a sentirte como tu antiguo yo, y cuando lo hagas quiero que digas en voz

alta: «¡Cambia!». Imagínate primero que mientras te duchas por la mañana adviertes de pronto ese sentimiento habitual empezando a surgir. Y en cuanto lo adviertes exclamas: «¡Cambia!», eso es, y lo cambias. Porque vivir con esa emoción no es quererte. Y no tiene sentido seguir enviando las mismas señales a los mismos genes. Las células nerviosas que no se activan juntas dejan de conectarse juntas. Controlas este aspecto…

Ahora quiero que imagines que mientras estás conduciendo por una calle de repente te vienen a la cabeza esos pensamientos tan habituales. ¿Qué es lo que harás? Dices: «¡Cambia!». Eso es, y los cambias. Porque las recompensas de estar sano y ser feliz son mucho más importantes que volver a tu antiguo yo. Y cada vez que cambias tu estado, sabes que las células nerviosas dejan de activarse juntas, de seguir conectándose, y ya no continúas enviando las mismas señales a los mismos genes…

Juega a «¡Cambia!» una vez más. Imagínate que al ir a acostarte, mientras apartas la colcha para meterte en la cama, adviertes esa sensación tan conocida que te tienta a comportarte como tu antigua personalidad. ¿Qué es lo que haces? Dices «¡Cambia!». Eso es. Como esas células nerviosas no siguen activándose juntas, dejan de conectarse juntas. Enviar esas señales a los genes no es amarte, y no vale la pena hacerlo por nadie ni por nada. Controlas esto…

 

Cuarta semana

Crea. ¿Cuál es la mejor expresión de ti que puedes ser? ¿Cómo pensarías y actuarías si fueras esa gran persona? ¿Cómo viviría esa clase de sujeto? ¿Cómo amaría? ¿Qué sensación te produciría esta grandeza?

Ahora quiero que pases a otro estado del ser. Es hora de cambiar tu energía y emitir una huella electromagnética totalmente nueva. Cuando cambias tu energía, tu vida cambia. Deja que el pensamiento se convierta en la experiencia y que esta experiencia produzca una emoción elevada para que tu cuerpo empiece a creer emocionalmente que tu yo futuro ya existe ahora…

Manda nuevas señales a nuevos genes, indícale al cuerpo que se adelante emocionalmente al evento deseado, enamórate de este nuevo yo ideal, abre el corazón y condiciona de nuevo a tu cuerpo a una mente nueva…

Deja que la experiencia interior se convierta en un estado de ánimo, después en un temperamento y, por último, en una personalidad nueva…

Adquiere un nuevo estado del ser… ¿Cómo te sentirías si fueras esta persona? No puedes levantarte siendo la misma persona que la que se ha sentado. Tienes que sentir tanto agradecimiento que tu cuerpo empiece a cambiar antes de que la situación acaezca y aceptar que tú ya eres este nuevo yo ideal que deseabas…

Conviértete en él…

Siéntete lleno de fuerza; eres libre, ilimitado, creativo, genial, divino…

Cuando te sientas de este modo, memoriza este sentimiento, recuerda este sentimiento. Ésta es la persona que eres…

A continuación, relájate y deja que esta creación se vaya al campo cuántico durante

un momento, suéltala…

Repásalo. Ahora, como los sujetos que cambiaron su cerebro tocando el piano mentalmente o los que cambiaron su cuerpo ejercitando los dedos, vuelve a hacerlo. ¿Puedes crear tu nuevo yo de la nada una vez más?

Activa y conecta nuevos circuitos en tu mente y prepara tu cuerpo para una nueva emoción. Conoce este nuevo estado de la mente y el cuerpo. ¿Cuál es la mejor expresión de tu yo? Empieza a pensar de nuevo como tu yo ideal…

¿Qué te dirías, cómo andarías, cómo respirarías, cómo te moverías, cómo vivirías, cómo sentirías? Siéntete emocionalmente como este nuevo yo hasta tal punto que empieces a entrar en este nuevo estado del ser…

Es hora de volver a cambiar tu energía y de recordar la sensación que te produce ser esta persona. Ensancha tu corazón…

¿Quién quieres ser cuando abras los ojos? Ahora estás enviando nuevas señales a nuevos genes. Siéntete de nuevo lleno de fuerza. Vuelve a entrar en un nuevo estado del ser; un nuevo estado del ser es una personalidad nueva; una personalidad nueva crea una nueva realidad personal…

Es entonces cuando creas un destino nuevo. Desde este estado mental y físico elevado, es hora de dar órdenes a la materia como un observador cuántico de tu nueva realidad. Siéntete invencible, poderoso, inspirado y lleno de dicha…

Desde este nuevo estado del ser, crea una imagen de alguna situación que quieras vivir y deja que se convierta en el plano de tu futuro. Visualiza esta realidad y deja que las partículas, como ondas de probabilidades, colapsen en una situación llamada «una experiencia en tu vida». Contémplala, ordénala, mantenla y después crea otra imagen…

Deja que tu energía se entreteja con este destino. Esta situación del futuro tiene que encontrarte porque la has creado con tu propia energía. Déjate ir y crea el futuro que deseas confiando, sabiendo y estando seguro de que se materializará…

No lo analices, no intentes averiguar cómo sucederá. No es tu tarea controlar el resultado. Sólo crea el evento y deja que una mente superior se ocupe de los detalles. Mientras contemplas tu futuro como el observador, limítate a bendecir tu vida con tu energía…

 

Desde este estado de agradecimiento, sé una unidad con tu destino en este nuevo estado mental y físico. Da las gracias por tu nueva vida… Siéntete como te sentirías si estas situaciones ya se hubieran manifestado en tu vida, porque vivir en este estado de agradecimiento es vivir en el estado ideal de recepción. Siente como si tus plegarias ya hubieran sido escuchadas… Es hora de conectar con el poder que hay en ti y de pedirle que te mande una señal en tu vida: si hoy has emulado a esta mente superior como un creador que observa la vida materializándose y te has comunicado con ella, y si ha estado observando tus esfuerzos y tus intenciones, debería hacértelo saber en tu vida. Ten la certeza de que es real, de que existe y de que ahora la comunicación que mantienes con ella está abierta. Pídele que la señal que te envíe del campo cuántico te llegue de la forma menos esperada, que te sorprenda y te convenza de que esta nueva experiencia ha venido de la mente universal, para que te sientas inspirado a repetirla. Quiero que ahora le pidas una señal…

Y ahora entra en ese estado de vivir en un cuerpo nuevo, en un entorno nuevo, y en una línea del tiempo nueva. Y cuando ya estés preparado para ello, vuelve al estado beta. Ahora ya puedes abrir los ojos.

Bienvenido a tu nueva vida

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MEDITACION GUIADA DE JOE DISPENZA DEL LIBRO DEJA DE SER TU