¿Eres Inquebrantable? LOS INQUEBRANTABLES. LIBRO COMPLETO AQUÍ
Los Inquebrantables tienen miedo, pero no se mantienen asustados, no les ponen límite a sus sueños, porque saben que el fracaso no existe, que lo que se fue no hace falta, y lo que hace falta ya vendrá, no dicen “mañana nos vemos” porque el mañana no existe.
SECCIÓN 3: TOMADO DEL
LIBRO “INQUEBRANTABLES” DE: DANIEL HABIF
INQUEBRANTABLES
Hoy
conocerás en estas páginas como ser alguien INQUEBRANTABLE.
Los Inquebrantables tienen miedo, pero
no se mantienen asustados, no les ponen límite a sus sueños, porque saben que
el fracaso no existe, que lo que se fue no hace falta, y lo que hace falta ya
vendrá, no dicen “mañana nos vemos” porque el mañana no existe.
Buscan la grandeza y no piden permiso
para obtenerla, no tienen la vida que les tocó, tienen la vida que quieren,
comprenden que nada es permanente, ni los errores, ni los miedos, saben que
nadie les puede robar sus sueños, toman riesgos, conquistan y colonizan,
construyen con sus labios lo que quieren ver con sus ojos.
No suspiran por las cosas, sudan por
ellas, extirpan la amargura, arrancan la ira, dejan la necedad, saben mucho,
pero hacen más. Son constantes y perseverantes, usan todos sus talentos y
dones, no toleran la mediocridad, no pierden su tiempo, elevan sus estándares,
NO SON COMO AYER.
Aceptan sus errores, pero no se
encadenan a ellos, no se detienen por las opiniones de los demás, LO IMPOSIBLE
ES SU JUGUETE FAVORITO.
Son ordenados, disciplinados, no
tienen vista, tienen visión, no claudican, se caen y se levantan, convierten el
no en sí, escriben hoy con hechos lo que quieren leer de ellos mañana.
PERDONAN, SIRVEN, AMAN, No tienen plan
B, no suben solos a la cima, son mansos, pero no mensos, están probados en
fuego y en dolor, han llorado y han sufrido, no se lamen las heridas, no se
vengan ni castigan, están rotos y desgarrados. No son santos ni perfectos son:
INQUEBRANTABLES.
Solo tendiendo la mano a otros descubrirás la forma de ayudarte a ti
mismo. La pregunta: «¿cómo puedo
ayudarte?», debería aplicarse a diario. ¿Cuántas veces la has dicho hoy? Ayudar
no debería ser un mérito, sino un placer.
Si usas tus dones y talentos para que a
nadie le falte:
Te aseguro que jamás te faltará:
✓ Comida
✓ Comida
✓ Refugio
✓ Refugio
✓ Vestido
✓ Vestido
✓ Compasión ✓ Compasión
✓ Respeto
✓ Respeto
✓
Dignidad ✓
Dignidad
✓
Justicia
✓
Justicia
✓
Ayuda
✓
Ayuda
✓
Amor
✓
Amor
No es un esquema de retribución, sino del ensanchamiento del espíritu.
Desde allí partirá tu enriquecimiento.
Mi yo del futuro es aquella persona que soy yo, pero que ya pasó por todo
esto, si mi yo del futuro se comunicara conmigo me diría:
_Tranquilo Mainor, en el futuro
todo está bien, te golpearon, te robaron, te calumniaron te derrotaron,
sufriste perdidas de amigos de familiares, pero al final triunfaste, me
contaría de mis triunfos, fracasos, lo que conseguí y lo que perdí, pero todo
lo que tengo hoy es porque aprendí de mis errores y fracasos y mi epitafio
diría:
“Yace aquí el hombre que sufrió por
mucho tiempo, pero al final aprendió a vivir la vida de acuerdo a los
principios de las Leyes Universales y triunfó”
Tarea 01: Escribe tu carta del futuro con todo y tu epitafio.
Tarea 02: Escribe las 5 cosas que más amas en la vida.
Tarea 03: Revisa si te incluiste en esas 5 cosas
Si no lo has hecho tienes mucho en qué pensar. Imagínate lo que implica:
vives contigo el 100 % del tiempo, ¡carajo!, ¿y no estás en la lista de lo que
más amas?
IMAGINA TU ÉXITO:
Cierra los ojos; en serio, ciérralos. Ya va . . . mejor ciérralos cuando
hayas leído.
Cuando lo hagas, imagina que vives la vida que quieres. Visita esa imagen
como si aterrizaras en una ciudad que siempre quisiste conocer: aprecia desde
la ventanilla los contornos y los paisajes que la rodean; a medida que el avión
se aproxima distingues sus parques y avenidas, y al tocar tierra ya verás
una por una las maravillas que ansías contemplar.
Dibuja tu éxito con precisión quirúrgica, describe cómo es tu casa y
cuántas habitaciones tiene, qué produce tu empresa y cuántos empleados forman
su nómina, cómo son tus canciones y cuántos premios Grammy has ganado. Esto
aplica para todos tus anhelos.
Por último, no te imagines un futuro sin sentido para ti. Yo también
quisiera anotar el gol para ganar el Mundial; puedo fantasear con ello,
pero ser futbolista no es por lo que lucho. Debes imaginar tus logros con
claridad y consistencia, necesitas firmeza al determinar por qué y para qué
deseas estas cosas en tu vida. Es como si compraras un vehículo; no llegas a la
agencia y le dices al vendedor: «Dame un coche»: cuando entras sabes qué modelo
quieres. Lo mismo debe suceder con tus sueños.
No minimices hacer lo que te llena, no todos los sueños tienen por qué
llevarte a la fama. No todos tienen por qué implicar una visión grandilocuente.
Describe los sentimientos que recorren tu cuerpo, ¿qué haces?, ¿qué olores
percibes?, ¿cómo suena? Haz el ejercicio con calma y sin distracciones.
Ambos sabemos que los logros requieren procesos, no suceden de un día para
otro, pero imagina que ese día ya ha llegado.
¿Qué talentos te llevaron allí?
¿Quiénes te acompañaron?
¿Cuáles tropiezos tuviste que enfrentar?
¿A qué renunciaste para lograrlo?
¿A quién dejaste atrás?
¿Cuál fue el primer paso, cuándo lo diste y qué sucedió para que finalmente
lo hicieras?
¿Fuiste feliz en el camino?
Coloca tus respuestas aquí:
Reflexiona:
[Tus Notas]
¿Esto que voy a hacer me traerá paz y gozo?
[Tus Notas]
¿Esto me acerca a mi propósito de vida?
[Tus Notas]
¿Esto que tanto deseo sirve a los demás?
[Tus Notas]
Hazlo sin desdeñar el poder de la imaginación, usarla es más que una
práctica ingenua, hay muchos estudios y experiencias que avalan sus beneficios
prácticos.
Estás aquí porque decidiste hacer estos ejercicios con esmero. Cuando hayas
abierto los ojos con la visión de cómo será ese día, escribe en el centro de la
hoja lo que más te ha llamado la atención. Al finalizar, asegúrate de haber
respondido qué hacías, quién te acompañaba, en qué lugar del mundo sucedía,
cómo era tu actitud y si llevabas juguetes.
Conéctate con tu visión y
responde:
• ¿Qué talentos te llevaron allí?
• ¿Quiénes te acompañaron?
• ¿Cuáles tropiezos enfrentaste?
• ¿A qué renunciaste para lograrlo?
• ¿A quién dejaste atrás?
• ¿Cuál fue el primer paso, ¿cuándo lo diste y qué sucedió para que
finalmente lo hicieras?
• ¿Fuiste feliz en el camino? Insisto: ¿Fuiste feliz en el camino?
¿Qué diferencias hay entre esa persona que viste y quien eres hoy?
• ¿Disfrutabas más el momento o el entorno y los juguetes?
• ¿Te acompañaba la gente que amas, personas que tú admiras o
desconocidos?
• ¿Hacia quiénes sentías agradecimiento? ¿Está Dios entre ellos?
• Una vez allí ¿podías ayudar a otros? ¿Lo hacías?
• ¿Eras feliz?
Ahora respóndete: ¿quieres el éxito o solo sus placeres?
• ¿Esto que haré me traerá paz y gozo?
• ¿Esto me acerca a mi propósito de vida?
• ¿Esto que tanto deseo sirve a los demás?
Hay quienes se limitan a seguir una tendencia, otros la crean: estos
últimos son los inquebrantables.
Quiero asegurarme de que la razón por la que no aprovechas las
oportunidades es la falta de recursos: escoge tres metas que tengas
pendientes, solo tres, pero luego puedes repetir el ejercicio con todas las que
quieras.
En la primera columna escribe eso que deseas.
En la segunda toma otro color y haz un balance de lo que necesitas para
avanzar. Aquí debes enfocarte en recursos concretos, como un crédito, un socio,
una casa con un cuarto más grande o una maquinaria.
En la tercera, y con un color distinto, lista tu patrimonio intangible,
cosas que debes desarrollar dentro de ti, como disciplina, tolerancia a la
crítica, o austeridad.
¿Qué
deseas?
¿Qué recursos materiales o económicos necesitas?
¿Qué habilidades y fortalezas debes desarrollar?
Una vez que hayas realizado el ejercicio, necesito que respondas, si
tuvieras todo lo material que has incluido en la segunda columna, pero sin
poseer aun lo que has colocado en la tercera ¿tendrías éxito en lo que anhelas conquistar?
¿Podrías triunfar con el dinero, pero sin la disciplina? ¿Avanzaría tu
negocio si consigues el local, pero no logras vencer el miedo a relacionarte
con otros? ¿Terminarías tu proyecto si el banco te da el crédito, pero
mantienes la costumbre de dejar las tareas para después? Si tu respuesta es
«no», derribarás las excusas que te impiden avanzar: eres tú.
Si seguimos enfocando toda nuestra
mente y espíritu sobre lo que no
queremos, seguiremos teniendo más
de lo mismo.
Haz un ejercicio, y hazlo bien, porque volveremos a él unos capítulos más
adelante. Quiero que realices una lista de las cinco cosas más importantes para
ti en este momento, cosas que tú debas concluir como trazar presupuestos o
sentarte a estudiar un tema que necesites aprender. Al lado colocarás una fecha
razonable de cumplimiento.
Luego, durante unos días, lleva una lista de lo que haces; registra con
gran precisión el tiempo dedicado a la redes sociales —salvo que estas sean
parte de tu proyecto personal—, a ver televisión, o escribir mensajes de texto,
así como otros elementos que te distraigan a la hora de trabajar. Si lo deseas,
excluye de esta lista el tiempo que separas con total uso de razón para reponer
tu cuerpo y refrescar tu mente.
Adicionalmente, es importante que lleves registro de las distracciones en
que caes a la hora de emprender una tarea. ¿Cuántas veces interrumpes el
trabajo para hacer algo intrascendente?, ¿cuántas veces revisas el teléfono o
abandonas tu labor sin avanzar?
Cinco tareas fundamentales
Minutos de distracción
Interrupciones del trabajo
Cada vez que afirmas que estás bien, firmas tu acta de defunción. Y más aún
si sabes que te quedan pasos por dar, cartas por jugar y canciones por bailar.
Te pregunto nuevamente: ¿qué carajos esperas?
Márcalo aquí, para yo saber:
El momento perfecto
El millón de dólares
El socio soñado
El cazatalentos extraviado
El título universitario
La aprobación social
Una señal del cielo
Una epifanía angelical
El miedo tiene su raíz en una falacia, en la ausencia de fe. Te llenará de
excusas para justificarte, pero de él solo se derivan otros temores:
1) Temor de no ser digno del éxito.
2) Temor de no poder satisfacer las expectativas.
3) Temor de no poder enfrentar los compromisos que conlleva iniciar un
proyecto personal.
4) Temor de ser rechazado.
5) Temor de perder el confort.
6) Temor de decirle «no» a ciertos deleites o personas.
Si haces un mal manejo del miedo al éxito, seguro evidencias alguno o
varios de estos comportamientos:
1) Tienes bajo rendimiento.
2) Te centras en quienes te rechazan y no en los que te aceptan.
3) Pierdes el foco de tu objetivo.
4) Crees que otros merecen el éxito, pero tú no.
5) Procrastinas.
6) Te resistes al sufrimiento.
7) Te domina la aversión al conflicto.
El ejercicio que te propongo ahora no lo harás en estas páginas, sino en
las que escribes tu vida: escoge alguna situación, persona o cosa ante la cual
sientas miedo. Podría ser, por ejemplo, hablar en público o ver películas de
terror; luego traza un plan para comenzar a superar ese miedo. Inicia con
pequeños pasos, desde lo más sencillo y avanza hasta el punto que hoy
consideras impensable.
Lleva un registro de los progresos, indica la fecha en que enfrentaste los
retos y escribe cómo te sentiste antes y después.
La naturaleza del miedo que enfrentes y tu capacidad para superarlo
definirán tu progreso. Cuando superes ese desafío que hoy te hace desviar la
mirada, no temas dejar evidencia en el ecosistema digital, usa las etiquetas
#ElMiedoSeUsaParaVencer #Inquebrantables.
Si quieres, incluye un breve texto y cuéntale a otros inquebrantables cómo
fue tu proceso, desde el carrusel de los niños a la montaña rusa que hoy te
produce vértigo solo de verla.
Ejercicio
En el cuadro que encontrarás en la siguiente página vas a escribir cada
día, durante dos semanas, qué has hecho por tus sueños. Hazlo antes de
acostarte o temprano al día siguiente, si se hace más fácil, pero evita
posponerlo más allá.
En aquellos días en que no hagas algo concreto, indica el porqué. ¿Qué te
lo impidió? ¿Qué era eso que resultaba más importante que tus sueños?
Te invito a adoptar este ejercicio más allá del tiempo aquí establecido.
Hazlo diariamente y vuelve a él cada semana o mes. Mira cuánto has hecho por
vivir en cuerpo y alma y cuánto para darle de comer solo al cuerpo.
¿Qué
hiciste por tus sueños? ¿Nada? ¿Qué te lo impidió?
DÍA
1
2
3
4
51 % imaginación + 49 % sudoración.
Con esa receta en mente toma un tiempo para responder estas preguntas:
¿Qué podrías hacer 24 horas al día, los 7 días de la semana, sin que te
pagaran?
[Tus Notas]
¿Qué harías si tuvieras lo que, según tú, hoy te falta?
[Tus Notas]
¿Qué
es lo peor que pudiera ocurrirte si lo intentas?
¿Qué dirige tus actos?
[Tus Notas]
Ahora quiero que pienses con profundidad tus respuestas. No es necesario
que escribas tus reflexiones, pero hazlo si quieres.
¿Existe eso que harías por puro placer?
Puedes tener un «no» como respuesta. No todos saben lo que desean, no todos
tienen claro su propósito. Cualidades de éxito:
Desarrollo espiritual
Formación académica
Creatividad
Audacia
Prudencia
Capacidad de soñar
Realista
Sano sentido del humor
Congruencia y coherencia entre su vida privada y pública
Aspecto
personal
EXPERIMENTO:
El experimento consiste en forzarte a serlo. Por ejemplo, supón que eres
una persona con mal genio. De ser así, quiero que mañana seas todo lo
contrario, aunque llamen al sanatorio y te busquen un psiquiatra.
Durante todo el día forzarás —porque no harás el cambio de un día para
otro— una actitud risueña y alegre. Por un día serás esa persona que tanto te
cuesta ser.
Cuando llegues a casa luego de esa aventura haz el siguiente ejercicio:
1) En el primer recuadro, escribirás cómo sería tu vida si mantienes
todos los días esa conducta que deseas cambiar (en este ejemplo, el mal
genio). Traza un escenario final para dentro de cinco años.
2) En el segundo recuadro, escribirás cómo sería tu vida si mantienes todos
los días una actitud como la que has forzado en el ejercicio (en este ejemplo,
una excesiva simpatía). Traza un escenario final para dentro de cinco años.
3) Compara ambos resultados.
4) Escoge las palabras clave de cambio y estancamiento que encuentres en
ambos escenarios.
¿Cómo sería tu vida si mantienes esa conducta que deseas cambiar?
[Tus Notas]
¿Cómo sería tu vida si mantienes una actitud como la que has
forzado?
[Tus Notas]
Comparación
[Tus Notas]
Palabras de cambio y estancamiento
[Tus Notas]
EJERCICIO:
Durante una semana no llegues ningún día a tu cama sin antes responder:
«¿qué aprendí hoy?». Si te regalas un «¿qué aprenderé hoy?» al despertar, y
lo conviertes en un hábito, verás cómo se elevan tus estándares de vida momento
a momento. Esto te obligará a buscar una respuesta tan impactante que todos los
días procurarás aprender y, en consecuencia, responderás con un nuevo
conocimiento.
Como
descubrir un producto o servicio;
Si conocemos lo que resuena en el pecho de nuestros potenciales clientes,
será mucho más probable que hagamos las conexiones efectivas.
Haz un breve ejercicio para activar estas conexiones:
1) Pregúntale a una persona de tu entorno, mucho mejor si es un
cliente, cuál de las canciones de moda le gusta.
2) Pregúntale cuál es su serie de televisión preferida.
3) Toma elementos de ambas respuestas y construye un mundo imaginario.
4) Diseña un producto o servicio para los habitantes de ese mundo
imaginario. Puede ser algo totalmente absurdo, pero asociado con tu área de
interés (por ejemplo, la empresa de cupcakes).
5) Luego lleva ese producto imaginario hasta algo que haga
conexiones en la realidad.
Escribe aquí los resultados.
[Tus Notas]
Ejercicio:
¿Cuánto dinero quieres
ganar al mes?
Aquí pondrás una cantidad importante, pero exagerada. No basta con querer
«mucho dinero», debes definir exactamente cuánto dinero quieres. Créeme que
existe una razón profunda para tal exactitud.
Para tener números redondos, pongamos 10.000 dólares estadounidenses libres
de polvo y paja.
Yo haré el ejemplo en dólares, tú hazlo en la moneda de tu preferencia y
ponle tantos ceros como quieras.
10.000 dólares mensuales.
Ahora, con esa base, calcula: si trabajas de lunes a sábado, en un mes
normal serían 26 días laborables. Esta cuenta nos daría 385 dólares diarios, si
redondeamos; pero si quieres tomarte dos días libres en lugar de uno, debes
ganar 454 dólares cada jornada.
Por el momento dejémoslo así, en seis días semanales:
385 dólares diarios.
Si trabajas ocho horas diarias, se convertirían en:
48 dólares por hora.
Ahora inician las cuentas interesantes: digamos que $10.000 es tu objetivo
a mediano plazo, o sea, de uno a dos años. Ahora vamos a sumar el dinero que te
debes y el que te deberás si continúas viviendo de la manera en que lo haces.
No voy a menospreciar la curva de aprendizaje ni toda la inversión de tiempo
que has tenido en tu vida, porque tarde o temprano va a traer su propio
retorno. La finalidad de este ejercicio es evidenciar cuánto inviertes en lo
que crees gratis; hablo de tus sueños caídos.
¿Cuánto tiempo has gastado en esfuerzos improductivos que pudiste haber
utilizado de manera eficaz?
¿Cuántas veces has preferido ir a divertirte, jugar en el teléfono o
tomarte unos tragos en lugar de hacer lo que debías, las cosas correctas?
¿Cuántas veces te has dicho «no» a ti por decirle «sí» a todos los demás?
Si hoy perdiste tres horas enojado, te debes 3 X $48 = $144.
Si estuviste dos horas en tus redes sociales, te debes $96.
Pero si es algo que haces a diario te debes $96 x 26, que son los días
trabajados. Te debes $2.496 por estar pendiente del Instagram cuando deberías
estar produciendo. ¿Gratis?
Imagina si además dedicas dos horas a ver la televisión. Al final del mes
te deberás 5.000 dólares, y eres tú quien pagará esa deuda. Imagina cuánto
tienes que trabajar para saldarla, y a eso tendrás que sumarle el tiempo
perdido pagándote lo que te debes y que ya está generando intereses.
¿Te das cuenta de todo lo que has perdido?
Vas a reservar tiempo —no tiene que ser necesariamente ahora— para
dedicarte un espacio sin ningún tipo de distracciones. Durante no menos de 15
minutos y no más de 25 vas a escribir sobre ese evento que tanto dolor te ha
causado. Si puedes cronometrar el ejercicio, mucho mejor.
Escribe, de puño y letra. Si te es natural escribir correctamente, con
todos sus puntos y sus comas, hazlo, si no, también. No te preocupes por eso,
este es un ejercicio totalmente íntimo y nadie, créeme, nadie lo va a leer.
El primer día te escribirás una carta para que seas tú quien la lea. Es una
carta que te escribes en este momento y te dices todo lo que sientes sobre esa
situación.
El segundo día escribirás otra carta, la harás como si la otra persona
involucrada en el evento la escribiera para ti. Si se trata de una pérdida,
escríbela a nombre de esa persona que se fue; si se trata de una traición o
una estafa, también. Puede ser alguien por quien sientas un inmenso amor o un
rencor profundo.
El tercer día escribirás una carta para que tú la leas, pero la escribirás
como si ya hubieras muerto y quisieras darte un mensaje.
El cuarto día escribirás la carta para que tú la leas, pero escribirás en
ella lo que piensas que Dios te diría ahora.
Escribe con libertad y sin apresurarte por concluir. Cuando se acabe el
tiempo, déjalo y ya. No te detengas a buscar la precisión sintáctica, la
corrección gramatical ni la belleza en las palabras, lo único importante es que
escribas para ti y que sea sobre ese evento que te generó tanto dolor.
El quinto día vas a tomar las cartas, y sin leerlas, te desharás de ellas
de la forma que tú desees. Esto lo harás en soledad y sin distracciones,
tomándote el tiempo que sea necesario.
En el recuadro que encontrarás a continuación, escribe cómo sería tu vida
si pudieras tomar todas las decisiones que quieres. Piensa qué sucedería
contigo en un lapso de 5 o 10 años, tú decides.
Haz una descripción breve: imagina ese futuro que tendrías si a partir de
hoy pudieras tomar cada decisión que anheles.
Yo tomo todas las decisiones de mi
Vida
[Tus Notas]
Y en 5 años mi vida será
así:
[Tus Notas]
Ahora piensa en alguien a quien ames mucho; puede ser tu padre, alguno de
tus hermanos o tu pareja, y repite el ejercicio. Esta vez, esa persona va a
tomar todas tus decisiones. ¿Cómo sería ese futuro? ¿Cómo sería tu vida en
cinco años si tu mamá siempre decidiera por ti?
Mi madre toma
todas las decisiones de mi vida
[Tus Notas]
Y en 5 años mi vida será
así:
[Tus Notas]
Vayamos a otra persona. Esta vez, escoge a alguien contra quien te hayas
rebelado sin sentido o una persona por quien sientas culpa —algún corazón roto,
quizás—, y repite el ejercicio.
Fulanito toma
todas las decisiones de mi vida
[Tus Notas]
Y en 5 años mi vida será
así:
[Tus Notas]
La realidad nunca será tan extrema, quisiera que recuerdes estos resultados
cada vez que sientas que le das el control de tu destino a otro que no seas tú.
Si alguien salió de tu vida, dile que se vaya y que no se quede en la puerta
porque estorba.
Si eres de quienes le da mucha importancia a las redes sociales, a lo que
dicen otros, a sus comentarios, haz también este ejercicio, pero está vez será
uno de esos personajes del ecosistema digital quien decidirá por ti e
influenciará tu vida. (Repite el ejercicio de la misma forma que los
anteriores)
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